El giro victorioso de la historia de Nicaragua por la Revolución Popular Sandinista



Por Leonardo González Estrada*

Girar hacia otro sistema, hacia otro camino, hacia el reconocimiento mismo de lo que debe ser, del otro oprimido, del otro explotado, del otro marginado y subalterno, dejar de serlo, es lo que en la práctica hace una Revolución política armada y sistémica como la impulsada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, teniendo plazo de inicio el 19 de julio de 1979.

Ni Carlos Fonseca Amador, Ni Pedro Arauz, ni Ricardo Morales Avilés, ni Fernando Gordillo o el mismo Coronel Santos López pudieron predecir cuándo sería que el FSLN iba a derrocar el poder oligárquico de los pro Yanquis Somocistas, y fue en Julio de 1979¡!. Ni la GN, ni el CONDECA o la CIA, todo el Pentágono junto pudo tener en consideración que su hijo de puta Somoza Debayle iba a ser derrocado por el pueblo güegüense.

Este Julio, es la culminación del andar del condenado trepador Sísifo (leer Mito de Sísifo) cargando a los oligarcas, llevándolos día a día a la cúspide del poder, y retornando cada día cada mañana, para hacerlos más poderosos, y al trabajador, al campesino, más miserable, más pobre. En ese Julio, dejó de caminar hacia arriba Sísifo, y erguido sin oligarquías a sus espaldas, caminó horizontalmente, en busca de dignidad, de libertad, de igualdad y de paz. El Somocismo jamás volvería a andar en la espalda del pueblo güegüense, de Sísifo.

El capitalismo condena a cada pueblo, a que procuren su explotación y negación,  que construyan los trabajadores a perpetuidad su historia de marginación y miseria, subiendo y bajando eternamente, hacia cimas y abismos infinitos, para que jamás eliminen su condena. Claro, esto está determinado por la supremacía de una casta y una clase blanca, mestiza de abolengos sobre otra mestiza, india y originaria-campesina.

Entonces, la historia de la lucha de clases, es esta, la que como síntesis  y suma de contradicciones determina la nueva historia del pueblo, las nuevas relaciones sociales basadas en libertad, igualdad, equidad y libertad, no como en 1789 en Francia y sus valores burgueses Capitalistas burgueses y racistas, sino, como en el 1910 con la Revolución Mexicana, en 1917 la Revolución Bolchevique, en 1949 la Revolución del Partido Comunista de China, la Revolución de los barbudos comunistas de Cuba en 1959, la Revolución del VietCom de Vietnam de 1975, todas con muchos valores en común, pero con un factor constante su enemigo es el mismo, el blanco anglosajón racista y genocida.


Aquel proceso emancipatorio y de dignidad iniciado por el general Sandino en 1927 el 4 de mayo, construyó las bases y valores políticos imperativos para que el nicaragüenses tuviera investidura política como ciudadano, dentro de un Estado de una polys. De otro modo, jamás el nicaragüense podría tener condición política, social, jurídica y cultural frente a ningún ciudadano del mundo, o persona o extranjero. Pues desde que se creó al Estado como organización política y jurídica este, y la clase dominante ha determinado quién es ciudadano y quién no, quién es persona y quién no, es decir que, cada Estado (clase dominante/oligarquía) determina quién tiene derechos y a quién no hay que darle derecho.

Sandino entonces, le propuso a la oligarquía local e imperialista una lucha no solo de clases sociales, sino histórica política, pues siempre planteó que el nicaragüense, debería tener toda la libertad necesaria pero esta solo sería alcanza cuando se venza luchando a los oligarcas y criollos, familias de abolengo nicaragüenses partidarios de la esclavitud y explotación del trabajador y campesino, en suma el ideario Sandinista es abolir el Estado oligárquico capitalista colonial y girar hacia un Estado de todos los nicaragüenses, pues con la intervención Norteamericana, se agravaron las condiciones de explotación del pueblo, los mineros, los jornaleros, campesinos, mujeres y obreros perdían lo poco ganado con la constitución política que les había otorgado derechos y deberes, la de 1895 promulgada por el presidente José Santos Zelaya.

Por lo anterior, comprender la dimensiones que alcanzó la victoria de julio de 1979 por el FSLN junto al pueblo, se debe asimilar desde el ideario Sandinista y el Programa Histórico del FSLN. Es decir, desde la experiencia antropocéntrica de la acción del nicaragüense de a pie, que se enfrentaron contra el ejército más poderoso del continente, venciéndolo en 1933; en este año los nicaragüenses estuvimos todos, gracias a la gesta del general Sandino en la nueva historia política por ser la fuerza vital, que con mucha voluntad, mucha pasión patriótica, y con pocas armas, derrota a las tropas invasoras de marines norteamericanos, que había vencido y dominado a la mitad de México, vencido a españoles en la Florida y el Caribe, que puja y disputa el poder en Asia, en las Coreas, Japón y China, e Indochina, y claro casi ochenta años después de ser vencidos los filibusteros por los patriotas nicaragüenses y centroamericanos, nuevamente el pueblo se veía en el otro hermanos, en cada campesino en cada obrero en cada ciudadano, como parte del Estado. Sin embargo, aquel proceso solo se retrasó por 46 años.

La historia colonialista, de la modernidad impuso a los Somozas, con un ejército revestido con el mandato colonialista, es decir, lo instauraron sublime para cumplir el mandato desde Washington, durante ese tiempo fuimos la colonia más grande, es decir, cada nicaragüense era parte de la historia del capitalismo, negando su historia, su cultura. No es gratuito, que Carlos Fonseca Amador siendo profesor en el instituto Ramírez Goyena este, reivindicara para el pueblo, la gesta de independencia de la Hacienda de San Jacinto, pues es en la historia de lucha antiimperialista, por la soberanía y por el territorio, que inicia la vigencia tanto del Estado como del ciudadano, sin ello no hay identidad, no hay posibilidad que exista la Nación. Es pues, que Carlos Fonseca encuentra la oportunidad de darle continuidad  desde la educación y como una construcción del imaginario colectivo nacional, que los jóvenes estudiaran la lucha antiimperialista de 1855 y 1856, radicando aquí un cimiento fundamental del talante político del pueblo nicaragüense.

Para entrar a ser protagonista en la nueva historia, la historia de la alteridad, del otro del marginado, se tiene que tener conciencia de ser este, para romper, irrumpir en esta historia lineal, rígida, blanca y racista, de abolengos, entonces, el oprimido debe emanciparse, el subalterno ser el otro protagonista de la historia, protagonista del Estado, protagonista de la sociedad, protagonista en cada proceso social, político, cultural, económico que horizontalmente están obligadas las revoluciones populares a crearle estas condiciones.

En suma, en julio de 1979 Nicaragua giró totalmente la historia hacia otro tipo de organización política, tomando en cuenta sus bases culturales, sin renegar de la cultural propia, su geografía y su tipo de población que es multiétnica, de lo cual se comenzó a construir una nueva historia, desde 1979 aquel Julio victorioso, existe el ciudadano, existe la Madre, existe el campesino, existe el joven, existe la educación, existe la salud, existe la tierra para el que la produce, existe la cooperativa, existe la vivienda, existe la universidad, existe el empleo, existen gremios, existe pluralismo político, ideológico y teológico, todo lo que existe entonces, desde julio de 1979 es, construido en la historia misma, con todos aquellos valores reivindicados  de otros pueblos que también han vencido a los imperialistas de la modernidad, los capitalista y esclavistas, que han negado las otras culturas y civilizaciones, no pudiendo contener el hombre y mujer nuevo que camina sobre la libertad, sobre la soberanía propia de su tierra, sobre su propia capacidad productiva, que hasta los procesos de enajenación de su trabajo el obrero ha reivindicado, son salario indirecto cuando tenes acceso a educación y salud, calles carreteras, parques, centros culturales, programas sociales, que aúnan a la perspectiva de una nueva sociedad, de ciudadanos del siglo 21, que ya no asumen la agenda monopólica de los yanquis, que han sido y seguirán siendo el enemigo de la humanidad.

Por tanto, esos valores y las capacidades adquiridas en el proceso histórico de resistencia de los grupos sociales que han sido dominados desde la invasión española, aquellos Nahuales y Chorotegas, Nagrandanos y Caribes, Miskitos y Mayagnas, pueblos originarios, le resistieron y vencieron a los invasores blandos y criollos oligarcas europeos, supieron dejar Diriangen, Nicarao, Nandaime, Agateite y Tipitapa, y sus pueblos, la semilla de la resistencia anticolonialista y anti fascista, que germinó en el siglo 19 y 20 para enfrentarse a conservadores y liberales, todos apátridas y oligarcas, que tuvieron su último representante en Somoza Debayle colonialista, fascista y oligarca, que no supuso que iba a enfrentar a la fuerza acumulada de la voluntad histórica del pueblo nicaragüense de ser libre e independiente, que iba a girar y retornar a su fuerza política y cultural propia, soberana.

Girar entonces la historia, para los nicaragüenses es un movimiento llevado por una vanguardia revolucionaria anticolonialista, que sumó toda la resistencia histórica del pueblo, grupos marginados y oprimidos, desde la invasión en 1521, que como síntesis alcanzó en Julio de 1979, una victoria sublime sobre las fuerza oligárquicas y explotadoras capitalistas. La victoria del 19 de Julio como diría el Comandante Carlos Fonseca Amador, es sobre un sistema que durante más de cuatrocientos años nos ha explotado y oprimido, nos había esclavizado. Es el Frente Sandinista de Liberación Nacional, que le permite a cada nicaragüense ser protagonista de la historia, estar, existir y ser un sujeto histórico, con derechos y obligaciones, como directamente construir políticamente al Estado en Revolución, es decir, que cambia los sistemas grandes o pequeños de injusticia y pobreza.

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