Humberto, el defensor de delincuentes
*Fabián López*
En
días recientes pudimos ver y escuchar en uno de los medios pertenecientes al
aparato mediático del imperialismo norteamericano, declaraciones ofrecidas por
el General Humberto Ortega, otrora comandante en jefe del Ejército Popular
Sandinista, hoy Ejercito Nacional, al señor Andrés Oppenheirmer, vocero
asalariado de los intereses norteamericanos,
quien en su introducción hizo una sesgada argumentación a favor del
grupo de delincuentes arrestados por violación a las leyes del país.
Haciendo
eco del discurso de la derecha detractora de Nicaragua y atreviéndose a emitir
juicios y argumentos en contra de la revolución, este señor entrevista a este
personaje que, habiendo renunciado a su militancia revolucionaria, actúa como
un empresario en defensas de sus intereses en Nicaragua (Santa María del Lago)
y Costa Rica, donde posee propiedades en zonas exclusivas como Escazú una zona
de mucha exclusividad en Costa Rica en la que se pueden observar una flota de
vehículos de lujo para el uso privado del general y su familia.
Con
una amnesia producida por su propia práctica, se asusta el mencionado
entrevistador de que en Nicaragua se aplique una ley[1] de
similar contenido en Estados Unidos, Francia, Alemania y otros países, y descalificando al mismo
aparato jurídico de su país y a aquellos donde han justificado sus razones para
poner en vigencia leyes similares y llama “ridículos y absurdos” a los
argumentos esgrimidos por ellos.
La
ley que Nicaragua en el ejercicio soberano aprobó, afirma “Los nicaragüenses
que:
1.
Encabecen o
financien un golpe de estado.
2.
Que alteren el
orden constitucional.
3. Que fomenten o insten a actos terroristas.
4. Que realicen actos que menoscaben la independencia, la soberanía, y la autodeterminación.
5. Que inciten a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pidan intervenciones militares.
6. Se organicen con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización.
7. Que propongan y gestionen bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones.
8. Aquellos que demanden, exalten y aplaudan la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos
9.
Y todos los que
lesionen los intereses supremos de la nación contemplados en el ordenamiento
jurídico.
serán “Traidores a la Patria” por lo que no
podrán optar a cargos de elección popular, esto sin perjuicio de las acciones
penales correspondientes establecidas en el Código Penal de la República de
Nicaragua para los “Actos de Traición”, los “Delitos que comprometen la Paz” y
los “Delitos contra la Constitución Política de la República de Nicaragua”.
Humberto Ortega nos quiere hacer creer que desconoce
tanto la proclama de Sandino, nuestro héroe nacional, sobre los traidores de la
patria, como la reciente legislación que el abrazaba cuando era revolucionario,
y manifiesta que los detenidos no son delincuentes y bajo el argumento que son opositores
demanda la inmediata liberación, olvidándose de los asesinados, Torturas, secuestros,
violaciones, robos, asaltos, quemas de vehículos del estado y privados daños a la propiedad pública y privada entre
otros, actos que el general ahora les llama ideas opositoras y apelando a la
necesidad de demostrar voluntad de paz demanda que el estado de Nicaragua de
muestras de ello.
No fue suficiente aceptar acuartelar a la policía, a
solicitud de un obispo recién jubilado que actuaba como dirigente de un
levantamiento armado, más que como mediador, sin que los delincuentes se
comprometieran a solicitar el levantamiento de los tranques que secuestraban a
la población, ¿ no fue suficiente, general, dejar a la población del país en
manos de estos delincuentes a solicitud de los dirigentes de la iglesia
católica?, ¿no fue suficiente el retroceso de 10 años de la economía del país?, por las acciones de
estos delincuentes en asociación con los personeros de la empresa privada[2], ahora
este empresario nos pide que demostremos más voluntad política, sin embargo,
vale preguntarle a don Humberto, ¿Que voluntad política tienen sus compañeros
detenidos por violar las leyes? ¿A qué se comprometen los que a gritos
reclamaban sanciones en contra del pueblo de Nicaragua?
Don Humberto, los guardias somocistas convertidos en
“Contras” de ayer al igual que los políticos, delincuentes y narcotraficantes
de hoy se convirtieron en la “Contra” y a la comisión de sus delitos solamente queda
una sola salida, si queremos crear y fomentar una cultura política nueva, el
respeto a las leyes, de otra manera, si son encontrados culpables, prisión en
correspondencia a los delitos cometidos.
No son políticos como usted afirma, son delincuentes
que, amparados en el saco y la corbata, o en sus capitales y apellidos de
alcurnia y partidos políticos, cometen delitos en contra del pueblo de
Nicaragua.
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