EL LEGADO DE CARLOS FONSECA

 *Por: Carlos Fonseca Terán*

Carlos Fonseca, gracias a su extraordinaria visión política y al legado de Sandino, elaboró la doctrina política para la transformación revolucionaria de la sociedad nicaragüense, que es el sandinismo, aplicando así creativamente la teoría científica revolucionaria en la tradición marcada por los grandes ideólogos que fueron a la vez grandes dirigentes revolucionarios: Karl Marx, Vladimir I. Lenin, Mao Zedong, Ernesto Che Guevara, Fidel Castro, para sólo mencionar a algunos de los más influyentes en el surgimiento y desarrollo de la lucha revolucionaria y de los planteamientos teóricos universales concebidos para esa lucha.

Del sandinismo como doctrina política, alimentada por la teoría científica de la acción revolucionaria, se desprende un Programa Histórico y la estrategia revolucionaria victoriosa, creada y desarrollada a través de la lucha contra la dictadura somocista y después, para la creación de la nueva Nicaragua que hoy estamos construyendo con el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo al frente, y por la que dieron su vida los héroes y mártires de nuestra Revolución. Esa estrategia victoriosa de lucha revolucionaria hizo posible, mediante la acción práctica de la militancia sandinista y la certera conducción política de nuestra dirigencia en diferentes momentos históricos, el triunfo de la Revolución en 1979; la victoria frente a la agresión imperialista en la década de los ochenta junto a los grandes logros alcanzados en aquella primera etapa de la Revolución; la lucha popular en defensa de las conquistas revolucionarias combinada con la acción política sostenida a todos los niveles por el sandinismo durante la época neoliberal, que culminó con el retorno del pueblo nicaragüense al poder en 2007; las nuevas grandes conquistas revolucionarias, la restitución de derechos, el progreso social y económico de la nación nicaragüense que hemos venido alcanzado en esta segunda etapa de la Revolución, en la que también hemos derrotado las nuevas agresiones imperialistas, entre ellas el intento de golpe de Estado en 2018, las agresiones económicas y el asedio político de las grandes potencias que se erigieron en dueñas del planeta en el marco del viejo orden mundial, actualmente en proceso de superación por la acción digna y valiente de los pueblos del mundo, apoyados por nuevas potencias emergentes antihegemónicas, con ayuda de las cuales se está creando un nuevo orden mundial en el que impere la justicia, la equidad, la prosperidad compartida, el respeto a la soberanía de los pueblos y la más auténtica libertad para todos los seres humanos.

Para librar victoriosamente la lucha revolucionaria del sandinismo a través de nuestra historia ha sido indispensable contar con un instrumento político y organizativo, una vanguardia revolucionaria que es el mayor tesoro con el cual contamos los revolucionarios nicaragüenses: el Frente Sandinista de Liberación Nacional, cuyo principal creador y forjador fue también el Comandante Carlos Fonseca, y nuestro actual líder histórico, el Comandante Daniel Ortega, continuador del legado de nuestro líder fundador, ha estado siempre presente asumiendo las máximas responsabilidades políticas en todas las etapas de la lucha del sandinismo, desde los primeros años de existencia de nuestra vanguardia revolucionaria, y es hoy por hoy uno de los más experimentados y victoriosos líderes que ha producido el movimiento revolucionario a nivel mundial en toda su historia.

 

El General Augusto C. Sandino definió el legado revolucionario que el Comandante Carlos Fonseca convirtió en doctrina e identidad política al aplicar creativamente la teoría científica revolucionaria, y el Comandante Daniel Ortega se puso al frente de la puesta en práctica de la doctrina sandinista para la transformación revolucionaria de la sociedad nicaragüense. Gracias al legado de Sandino, fue creado el sandinismo como doctrina e identidad política por Carlos Fonseca; gracias a Carlos Fonseca somos sandinistas; y gracias a su continuador, Daniel Ortega, hemos venido avanzando de victoria en victoria a través de la historia de lucha del sandinismo.

Sandino es el mejor hijo de Nicaragua; Carlos Fonseca, el continuador y mejor hijo de Sandino; Daniel Ortega, el hermano, mejor discípulo y continuador de Carlos Fonseca. Sandino es nuestro referente fundamental; Carlos Fonseca, su continuador, el ideólogo y forjador de la vanguardia, y Comandante en Jefe de la Revolución; Daniel, el continuador de Carlos Fonseca y Jefe del sandinismo victorioso; y nosotros, todos los militantes del FSLN, somos y seremos colectivamente, los continuadores de Sandino, Carlos y Daniel, porque sólo como vanguardia revolucionaria podremos dar continuidad a la obra revolucionaria y perpetuarla por toda la eternidad. Al forjar la vanguardia sandinista, Carlos Fonseca logró que el sandinismo trascendiera de generación en generación, lo cual quedó demostrado con la continuidad y fortalecimiento de la lucha revolucionaria a pesar de su caída en combate; y entre otras cosas por eso el sandinismo es indestructible y eterno, en tanto preservemos y consolidemos el carácter y la condición de vanguardia revolucionaria del FSLN, que es junto al sandinismo como identidad y doctrina política, y la mística revolucionaria, lo más preciado que nos legó el Comandante Carlos.

Carlos Fonseca rescató a Sandino, que es de todos los nicaragüenses como patriota y defensor de nuestra soberanía, aunque somos los sandinistas quienes seguimos las ideas de Sandino como revolucionario y antimperialista, atributos que constituyen el factor fundamental de su trascendencia histórica. Y ese Sandino que Carlos Fonseca rescató, creando con su legado el sandinismo y forjando la vanguardia revolucionaria que es el FSLN para conducir la lucha con la cual haremos posible la Nicaragua por la que lucharon Sandino y Carlos Fonseca, y por la que luchamos todos los sandinistas con Daniel y Rosario al frente; ese Sandino a quien Carlos Fonseca nos enseñó a venerar y cuyos pasos tratamos de seguir, como los pasos de Carlos y Daniel; ese Sandino que Carlos Fonseca rescató, es la personalidad histórica que más orgullo nos hace sentir de ser nicaragüenses, y por eso EL MAYOR ORGULLO DE UN NICARAGÜENSE ES SER SANDINISTA, y ese que es el mayor orgullo nicaragüense se lo debemos al Comandante en Jefe de la Revolución Popular Sandinista, Carlos Fonseca Amador, cuyo legado se encarna hoy en nuestro máximo líder, el Comandante Daniel Ortega Saavedra, y en nuestra vanguardia revolucionaria e inmortal, el FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.

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