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Palabras para el compañero René Núñez Téllez en el 7º aniversario de su partida
Por: Leonel Espinoza*
Hoy
quiero hablarles de Rene, no de sus hazañas que fueron muchas y sin
publicación. Quiero hablarles de René el que habita en nosotros, los militantes
curtidos por los años y vivos aún. Hoy vengo a hablarles de sus pensamientos y
obras, de lo que es eterno, imperecedero, de lo que siempre estará entre
nosotros. Con nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos si hemos sabido transmitir
el legado del sandinista.
Hoy
vengo a hablarles de Santos Rene Núñez Téllez. El hijo de Don Carlos Núñez y Doña
Matilde Téllez, el hermano del comandante de la revolución Carlos Núñez Téllez,
el padre de nuestra constitución; de Ligia Fátima, de Filemón, y de Milena, del
compañero de vida de Leana Vivas de Núñez, su esposa, pero que digo, Leana fue
su soporte espiritual y la militante convertida en la secretaria privada del
secretario de la Dirección Nacional.
Fue
la jefa del Estado mayor de su retaguardia, de su bunker familiar y político. Mujer
valiente que vive su soledad con estoicismo; orgullosa de su pasado y de su
compañero de vida, con el que siempre comparte sus pensamientos y su quehacer. La
poseedora de las llaves de su cofre.
Vengo
hablar también del padre amoroso de sus Hijos: Roger Leonel, Carlos René y de
Maya Alejandra Núñez Vivas, a contarles de él, que más que un militante,
compañero y amigo fiel, sigue siendo el hermano, con la infinita paciencia para
prestarte su atención, y su escaso tiempo, a todos, hombres y mujeres, y escucharte
atentamente, cosas de trabajo, temas personales hasta asuntos íntimos, porque
con él, en el recinto de su memoria, todo se convertía en un secreto de
confesión.
Lo
que se decía en esa intimidad ahí quedaba para siempre. Era una de las facetas más
sobresalientes de Rene, pues como secretario de la Dirección Nacional era el
depositario de todos los acuerdos, secretos de Estado y comentarios sueltos,
escritos y no escrito, que jamás salieron de ese recinto.
René
ha pasado a formar la Asamblea General Permanente, atemporal y sabia del FSLN,
con la que nuestro presidente de Nicaragua, Daniel y su vice presidenta Rosario,
los convocan para que les aconsejen en sus decisiones y actos en beneficio de
nuestro pueblo.
Él
convive ahora entre los más ilustres Sandinistas de todos los tiempos, Junto a
Sandino, el gen de nuestra sangre, de nuestro ADN antimperialista, la sangre de
patriota, el hijo más sublime de esta tierra, Nicaragua. Junto a Rubén Darío
Nuestro más grande poeta y antiimperialista que definió a los Estados Unidos
como, los bárbaros del norte, a Santos López y el Estado Mayor de Sandino. Junto a Carlos Fonseca Amador el padre de
nuestra revolución por habernos dado la ideología política de la victoria, la
organización que la llevó a cabo, el FSLN. Y su vida. Junto a Silvio Mayorga, y
el comandante Tomás Borge, maestro de la agitación, autor de la paciente
impaciencia y de un grano de maíz, una bomba atómica espiritual porque es el
pensamiento de Fidel, que leía y releía el Comandante Hugo Chávez en su
cautiverio.
Con
Patricio Arguello Ryan, con el héroe inmortal Rigoberto López Pérez, Edwin
Castro, y Ausberto Narváez, con Félix Pedro Carrillo, Marcos Somarriba y Fanor
Urroz, con Arnoldo Quant (el chino) y con William Ramírez, con René y David
Tejada Peralta, Con el chele Marcos, con Luis Manuel Toruño Charrasca nacido de
la barriada creador de tácticas innovadoras de guerrilla urbana, es nuestro
bandolero y sus actos revolucionarios han quedado grabados para eterna memoria.
Con Gaspar García Laviana, quien en su carta a los nicaragüenses escribió:” Y como nuestros
jóvenes honestos, los mejores hijos de Nicaragua están en guerra contra la
tiranía opresora, yo he resuelto sumarme como el más humilde de los soldados
del Frente Sandinista a esa guerra. Porque es una guerra justa, una guerra que
los sagrados evangelios dan como buena, y que en mi conciencia de cristiano es
buena, porque representa la lucha contra un estado de cosas que es odioso al
Señor, Nuestro Dios. “Está al lado de
Ricardo Morales, el que nos dijo: Un pueblo anuncia su historia. El viento del
norte es rojo y aquí sopla con un rojo intenso. De nuestro poeta, Leonel Rugama que nos preguntó:
Conociste a Selim. Sabias que una vez verguío a un agente de la seguridad en la
propia oficina de la seguridad. Si no sabias eso, no conociste a Selim. Cuando
llegó a vivir por nosotros murió en la perfecta manera que nació, pero ya desde
antes desde hacía siglos era eterno.
A su lado también esta, Richard Lugo, Roger
Deshon, Hilario Sánchez El Padre Miguel d’Escoto: Distinguido con la Gran Cruz
de la Orden El Sol del Perú, con el Premio Lenin de la Paz y premio Thomas Merton;
y que con el comandante Daniel Ortega, promovieron la demanda penal ante la Haya
contra los Estados Unidos. Jacinto Suárez,
querido por todas las fuerzas revolucionarias y guerrilleras de América Latina
por su gran espíritu de solidaridad y colaboración con las causas de sus
pueblos. Oscar Pérez Cassar (Pin) que durante la crisis de la tendencia supo
comportarse con un alto espíritu revolucionario, de respeto y comprensión para
con todos los compañeros, sin sectarismo.
Con
Pikin Guerrero, Con Hugo Medina, Edmundo Pérez, Roberto Amaya; Casimiro Sotelo,
a quien Ricardo le dijo: no te preocupes camarada que hay más cristos de tu
talla. El mismo que le dijo en el auditorio a Somoza…” antes de que
termine de hablar y antes de que siga haciéndole ese tipo de ofertas al pueblo
de Nicaragua, haga una cosa que va a hacer felices a todos los nicaragüenses,
entréguele los restos del general Sandino. Testigo presencial; Jacinto Suárez.
Están también Mauricio Hernández, y Julio
Buitrago, el único que nació en el mundo superando a Leónidas el de las Termópilas,
y nació cuando trataban de matarlo. Con Juan
José Quezada (el niño le decían), y Jonathan González, Oscar Turcios, (El
Ronco), José Benito Escobar, Julián Roque Cuadra, Félix Pedro Picado, Germán
Pomares, el Danto, maestro del guerrero sandinista.
Con
Jorge Navarro, que murió el mismo día que resucitó, el mismo día y por todos
lados, nos lo dijo Leonel en su poema. Carlos Roberto Huembes, Eduardo
Contreras, Pedro Arauz Palacio, Carlos Agüero, con Israel Levites y Luis Guzmán
Luna (el chiri), con Filemón Rivera, (macario) y su hermano Francisco Rivera,
el legendario, Zorro. Juan de Dios Muñoz, con Walter Ferretti (chombito), con
Luis Alfonso Velázquez, Ajax Delgado, Walter Mendoza, Camilo Ortega el apóstol
de la unidad; Fernando Gordillo, el que le pidió a Andrés Castro que lanzara la
piedra después de 100 años, porque el enemigo era el mismo; y miles de
compañeros más que sería interminable la lista.
En
ese recinto sagrado están, embelleciendo con su presencia, las mujeres
sandinistas, las guerreras, las amazonas que, hombro a hombro con los
militantes y a su pueblo, también
tejieron el pabellón rojo y negro y el azul y blanco de la Patria.
Ahí
está Blanca Aráuz, secretaria del Estado Mayor del EDSN. Conchita Alday, Teresa
Villatoro, y sus hermanas, Alicia y Amalia, las misquitas que recobraron las
armas del rio coco para sandino y las legiones que hacían inteligencia para el
Ejército Defensor de la Soberanía. Ahí, con ellas, Luisa Amanda Espinoza, Mildred
Abaunza, Aura Ortiz, Saidy Rivas, Claudia Chamorro. Norita Astorga, Charlotte
Baltodano, guerrera temeraria y audaz, pero también sensible al amor y al arte.
la Compañera Rosy López, las mujeres del Cuá, Petrona Irías, esposa de Abrahán
Rivera, cofundador de las cooperativas del Coco. María Castil, Arlen Siu, la
chinita que nació cuando murió en el Sauce, con Auxiliadora Cruz (la Chilo) con
Julia Herrera Pomares, Mercedita Avendaño y Angelita Morales Avilés, Luz Marina
Silva y Candelaria Ocampo, Martha Angelica Quezada y Genoveva Rodríguez;
Aracely Pérez e Idania Fernández, Yelba María Antúnez (Verónica),, María Pilar Gutiérrez,
Lucrecia Lindo, María Linnette Martínez, Bertha Diaz y Martha Gioconda García;
Laura Sofia Olivas, Laura Caridad Espinoza, Lila Velásquez Garay, Martha Lucia
Corea, Miriam Tinoco, etc, etc…
Todas
se enfrentaron a grandes peligros e hicieron enormes sacrificios y dieron su
vida, por amor a la patria y a la revolución.
Rene
habita hoy en el paraíso del pueblo sandinista, el paraíso que nos descubrió y describió
Leonel Rugama, ahí, con su mística revolucionaria blandiéndola a los que aún estamos
con vida para que no la olvidemos; está ahí, donde se llega a platicar con los santos.
Los que han conquistado esa posición a punta de ejemplo y sacrificio y con su práctica
y su verbo a fundar la revolución sandinista.
Son
los compositores del más alto de los cantos, el canto que une el verbo con la práctica,
donde práctica y verbo, verbo y práctica es uno. Una sola unidad que identifica
a quien la canta con la armonía de la lira y de la música.
Son
los que poseen el poder especial de la intercesión entre el pasado y lo por venir,
son la sabia del árbol de la vida que nos alimenta con su néctar.
Que
dichoso nosotros los sandinistas que tenemos esa fuente eterna de sabiduría y
de luz.
Todos
ello tiene de común la fé y la virtud de anteponerlo todo y como primera
obligación, el bien común de su pueblo, de la patria, Nicaragua. Todos piensan
en ayudarse mutuamente y cada cual aportar en beneficio de los demás lo que
tengan de suyo, todos buscan el beneficio para los desposeídos.
Ninguno
de ellos persigue la vana gloria, sino la gloria verdadera compuesta por la
Benevolencia que caracteriza a quien
quiere el bien, de modo correcto, y dirige su voluntad hacia nobles acciones.
Nuestros
santos, tienen el poder especial de estar siempre presente, 24/7 hasta la
eternidad, atentos, vigilantes del curso de nuestros actos y de nuestra
revolución, inyectándonos fe y cuidando las virtudes que ellos nos inculcaron
con su ejemplo.
Debemos
reconocer que el pasado, la historia, es depositaria de la verdad, el presente es
el hoy y es fugaz, y el futuro está por construirse. Como sandinista debemos tener
confianza en el futuro de nuestra revolución. Siempre sí, leyendo en el libro
del pasado, nuestro pasado, nuestra historia, nuestra verdad.
Desde
ese sitio privilegiado en este día, René nos conmina a tener Fé en la organización
y en sus dirigentes. En sus objetivos y en sus propósitos, en su ideología política.
Fé en el pueblo, motor de toda transformación y de todo cambio, para decirlo
con las palabras de René: Fé en el futuro.
Triunfamos
contra la dictadura de Somoza apegados al pueblo, con la participación y la
sangre del mismo pueblo, que fue arrastrado en masa por el torbellino de la
fuerza abrazadora de la lucha final y se vio no solo incitando a sus hijos al
combate, sino también apoyando, informando, recuperando armas y combatiendo con
lo que tenía a mano.
Así,
con esa mística de la que nos habla René se construyó la segunda revolución en América,
después de la cubana. La herencia de Sandino, nos definió el ADN de este pueblo
antimperialista. Es el sustrato ideológico que fortaleció el nervio de esta
raza indómita.
Y
para que nadie olvide, porque nosotros no podemos olvidar, todo lo mejor de
nuestra historia se lo difundiremos a nuestros descendientes. ¡¡¡¡Y recuerden
que la palabra es un arma de guerra!!!!
PATRIA
LIBRE O MORIR.
10
de septiembre de 2023.
Muchas
gracias...
Excelente trabajo de Leonel, nuestro querido Chaparro Espinosa. Saludos, Patria Libre o morir!
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