Nunca más la barbarie golpista


 Por: Edgar Palazio Galo*

“Aquí no se va repetir la historia de abril, eso debe quedar totalmente claro, tenemos los instrumentos legales, jurídicos, para defender la paz, la estabilidad de todos los nicaragüenses (…)”

Comandante Daniel Ortega

La liberación del RURD y la expulsión de los golpistas y traidores el viernes 13 de julio del 2018, es día de conmemoración institucional; representa firmeza y unidad de la comunidad universitaria. La historia recordará este momento como un hito en la defensa de la universidad popular en nuestro país.

Ha transcurrido cinco años de fortalecimiento de nuestra institución universitaria, pero mantenemos vivo el recuerdo de aquellos nefastos sucesos como referencia del compromiso que tenemos para preservarla y protegerla.  Es responsabilidad de todas y todos mantener viva esta llama de la responsabilidad política-académica y transformación social con la paz y la estabilidad como pilares fundamentales de nuestra sociedad.

En la historia hay momentos cruciales que ponen a prueba el tejido social y el sistema político de una sociedad. En el 2018 en lugar de caer en la confrontación violenta o la anarquía, como los diseñadores del intento de golpe de Estado esperaban sucediera, el pueblo confió en la conducción política y experiencia histórica del comandante Daniel y la compañera Rosario. El pueblo en su sabiduría colectiva confió en su vanguardia, el FSLN, y las fuerzas oscuras del mal fueron derrotadas.

Los procesos históricos nos han enseñado que las sociedades capaces de superar los intentos de golpe de Estado salen fortalecidas y más unidas que nunca. Nuestro pueblo y la comunidad universitaria en particular, sepultó a los golpistas y traidores para siempre.

La destrucción de las instalaciones universitarias no fue un acto fortuito, sino el resultado de las acciones desestabilizadoras, planificadas desde organismos al servicio del imperio yanqui con la complicidad y ambición desmedida de malos hijos de la patria. Promovieron la violencia y destrucción como forma de expresión, los actos vandálicos no solo representaron una pérdida material, sino también simbolizan la destrucción de los valores fundamentales que rigen nuestra sociedad.

El caos ocasionado por quienes arruinaron la universidad y afectaron el país, no se debe olvidar. Sin importar condición o pertenencia, los conspiradores deben tener muy en cuenta lo expresado por el comandante Daniel, “con la paz no se juega”. Está demostrada la capacidad institucional y la autodefensa colectiva para salvaguardarla, para que nunca más nadie se atreva a socavar la esperanza del pueblo con actos y acciones que amenazan el funcionamiento, la estabilidad y la paz.

La educación es la base del progreso y la transformación social y debemos asegurarnos que se proteja de aquellos que buscan socavarla. Es responsabilidad de todas y todos promover la excelencia académica como trinchera de ciencia desde donde posicionar nuestro compromiso revolucionario. Nos compete continuar fortaleciendo la visión y misión de nuestro modelo de universidad, asegurar con acciones cotidianas en la ciencia y la acción política, que actitudes, manifestaciones y resabios golpistas sean relegados al olvido y al estercolero de la historia donde pertenecen.

En el quinto aniversario de uno de los momentos más oscuros de nuestra historia universitaria, recordamos con indignación la devastación causados por los golpistas. Las imágenes de violencia y destrucción aún persisten en nuestra memoria colectiva. Pero es precisamente esa memoria la que nos impulsa a asegurarnos de que nunca más se repita esa barbarie. Debemos ser vigilantes ante cualquier intento o acción divisionista de socavar nuestra institución y actuar con determinación y firmeza para defenderla.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perfil de un vende patria

"Mi Padre: Un ser humano de otro mundo"

Humberto, el defensor de delincuentes

La Oligarquía Americana contra Nicaragua y el F.S.L.N