Caminando en Tola de la mano del FSLN
Por: Dania Balladares
El proyecto del FSLN ha sido una esperanza para quienes
sueñan con una Nicaragua próspera,
digna y llena de paz. El FSLN en sus años de gobierno ha cambiado la calidad de
vida de los nicaragüenses, creando estrategias que han permitido la
potencialización de los recursos nacionales en pro de la construcción de una sociedad
con mejores condiciones y oportunidades para sus habitantes. Ha sido una
combinación entre el deseo de mejorar el país, la entrega de los servidores públicos
y la militancia sandinista que se ha comprometido en cumplir con cada uno de
los héroes y mártires que ofrendaron su vida por una Nicaragua llena de
oportunidades.
Este camino no ha sido fácil, siempre estará lleno de
retos que se deben ir superando y es en ese trayecto que nos vamos formando
como militantes, existen historias y experiencias que pocos conocen, pero que se
convierten en el motor principal de nuestro trabajo y que me parece importante
compartir por el sentido que brindan a los hechos y por la pedagogía social que
encarnan.
En mi paso por la UNAN Managua comencé a sentirme
identificada con la causa sandinista, siendo una joven, hija de campesinos y
que, gracias a la buena voluntad de un gobierno comprometido con su pueblo,
recibí una beca y tuve la oportunidad de estudiar en una de las mejores
universidades del país y ser profesional. Posterior a eso finalicé mi carrera y
comencé a escribir mi propia historia.
Inicie mis pasos en el frente sandinista como
coordinadora de promotoría Solidaria de la Juventud Sandinista de Tola, al
principio con miedo, y temor a hablar con personas que no conocía, no sabía ni
que decir, se trataba pues de entregar sillas de rueda, paquetes alimenticios a
personas en situación crítica, títulos de propiedad, también hacer actividades
con adultos mayores, niños con capacidades especiales, niños del CDI y también
las protagonistas de la casa materna, con el paso del tiempo me fue gustando
ver los rostros de la gente, yo recuerdo que miraba las fotos y siempre aquella
sonrisa cuando alguien recibía algo pero vivirlo personalmente es completamente
diferente.
Desde el momento que visitas una familia ves la necesidad
latente, llegas con un paquete alimenticio y sabes que ese paquete llega a
ayudar de gran manera a las personas; tu corazón se goza y sabes que, aunque tu
trabajo solamente sea entregarlo, estas aportando un granito de arena para
mejorar las condiciones de vida en nuestro país.
Tola es un municipio geográficamente complejo, y el
acceso a ciertas comunidades es complicado, pero que de una forma u otra hay
que cumplir con cada misión que sea encomendada, porque es aquí donde realmente
se muestra que tan militante eres y sobre todo que tanto amás a tu patria y a
tu gente. Recuerdo que en muchos de esos viajes a las comunidades me he mojado,
he aguantado sol, he caminado bastante y muchas veces he sentido hambre, pero
eso se queda corto con la satisfacción que se siente de poder llevar ayuda y gozo
a nuestros niños o adultos mayores.
Y ha habido momentos donde sientes como un nudo en la
garganta y ganas de llorar por algunos acontecimientos que pasan, me toco pues
ir a un humilde hogar a entregar una silla de rueda, llegue como a las 11 de la
mañana, encontré una ancianita de 80 años, no podía caminar, estaba solita y me
dijo que solamente vivía con su hijo, porque los demás la habían abandonado, su
hijo tenía 60 años, un adulto mayor también, la señora esperaba todo el día hasta que su hijo regresaba de
trabajar para poder comer porque no se podía mover, yo ya estaba por llorar,
porque en sus ollas no había rastro de comida, además de eso su casita estaba
totalmente en mal estado, la acompañe hasta que su hijo llegara y lo primero
que hizo fue, prepararme un fresco de avena, y saco de un huacal unas
rosquillas y me dice tenga cómase esto, yo pensaba que me estaba comiendo lo
poco que tenían pero también sabía que no podía rechazar algo que con amor me
daban, el fresco no tenía azúcar, sin embargo, me lo tome todo mientras
escuchaba esa ancianita contarme historias de su juventud, creo que nunca había sabido tan rico un fresco de avena,
regrese al municipal y dije la situación en la que esa familia se encontraba y
por la gracia de Dios, se les entrego un paquete alimenticio y también en un
proyecto de vivienda se les asigno una casita, he pasado por ahí un par de
veces, y esta la ancianita en la silla de rueda y su casita muy digna y bonita,
trato siempre de estar pendiente de ella, que se le haya entregado su paquete
mensualmente.
Sigo recorriendo Tola, en distintas actividades, siempre
me gusta ir a las comunidades más alejadas, porque ahí encuentras los corazones
más nobles y las sonrisas más bonitas. La inocencia del niño que con gran
admiración mira el juguete que llevas, que con alegría revienta una piñata y
que al despedirse te abraza. Son muchas cosas las que puedo contar, pero
siempre prefiero hablar de la importancia de este proyecto revolucionario en la
vida de las familias nicaragüenses.
El frente sandinista es una escuela que te forma para la
vida, para crecer y contribuir al desarrollo de nuestro país, lo que más llena
mi corazón es saber que con mis pequeñas acciones estoy aportando a este
proyecto de amor que dirige el FSLN, y también que estoy siendo parte de la
historia, que en algunos años también mis hijos deberán seguir, porque ahí
radica la grandeza del Frente Sandinista, ya que trabaja la conciencia y
vocación de servir al pueblo de generación en generación.
Gracias Dania....esos testimonios nos llenan de fuerza y convicción.
ResponderEliminar..como fijo Chavez....podemos tener diferencias con los compañeros en como hacer las cosas pero nunca con la revolución....que es lo mejor que le ha pasado a Nicaragua....y es lo que hacen ustedes desde esos lugares....un abrazo lleno de admiración.ADELANTE...El futuro es nuestro
Gracias por sus palabras, siempre adelante.
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