HONDURAS DEBE PEDIR DISCULPAS A NICARAGUA
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Imagen tomada del Internet |
Los diarios
hondureños del 16 y 17 de agosto han resaltado que Honduras no ha sumado su
apoyo a la condena que de Nicaragua hizo la OEA, organización aviesa que
sostiene que en Nicaragua se viola la libertad de expresión y que se persigue a
la iglesia católica. Nicaragua ha responsabilizado a la iglesia católica de
estar tras la intentona de golpe de Estado.
Recientemente
los conflictos con la iglesia se han profundizado a raíz de los llamados de un
obispo a la población opositora para que organicen grupos armados para combatir
al gobierno. Y esta postura del gobierno de Honduras es acertada porque, como
ha sostenido Manuel López Obrador, cuyo gobierno tampoco apoyó el documento de
la OEA, los gobiernos no deben inmiscuirse
en los asuntos internos de otros países. El respeto al derecho ajeno es la paz,
había sentenciado Benito Juárez dejando, con esa frase, el pilar fundamental de
la política exterior mexicana.
Honduras,
por el contrario deviene obligada, ahora con el nuevo gobierno que se ha
proclamado socialista democrático, a pedir disculpas a Nicaragua por los
sufrimientos que le infirió a la hermana república centroamericana con motivo
de haber permitido a Los Estados Unidos, al desempeñar el papel de porta
aviones norteamericano o como calificó Gregorio Selser a nuestro país al que
llamó República alquilada.
Por esa
actuación de títere, el gobierno de Honduras permitió la instalación de la
contra en Honduras para agredir a Nicaragua porque Norteamérica estaba empeñada
en derribar a la revolución, con el cuento de que respaldaba a la democracia
que debía ser restablecida en Nicaragua, cuando durante la tiranía de Somoza
mas bien los norteamericanos se convirtieron en el principal pilar de soporte
de la tiranía somocista. Somoza era un hijo deputa, pero era su hijo de puta,
confesó Roosevelt.
La Contra no
solo causó tragedia en Nicaragua –muerte y destrucción y la caída, por vía
electoral del régimen sandinista debido a que las madres prefirieron –con dolor
en el alma- ir a votar en contra de la revolución para salvaguardar las vidas
de sus hijos. Con el objeto de apoyar a la Contra se introdujo el negocio del
narcotráfico en Honduras y se inundó el país de armas como las AK 47 que la
contra vendía a precios irrisorios y que fueron la fuente para que las maras
hondureñas se armaran y cometieran la innumerable cantidad de crímenes.
Los
regímenes que sustituyeron a la Revolución se caracterizaron por su adhesión
cipaya a los intereses norteamericanos y al desprecio total frente a las
grandes necesidades del pueblo nicaragüense que se debatía en la pobreza
extrema.
Esas
circunstancias llevaron a que los sandinistas se hicieran del poder nuevamente
mediante las elecciones Y se han mantenido en la dirección de Nicaragua también
a través de sucesivos eventos electorales que la derecha antipatriótica
quisiera ganar a como dé lugar. El interés de los norteamericanos es derrocar
nuevamente a la Revolución Sandinista con el fin de contener la ola continental
que ha hecho virar a los países del Sur del Río Bravo hacia regímenes que
buscan la verdadera independencia de sus países y su derecho a la
autodeterminación.
La razón por
la que los sandinistas se han mantenido en el poder es porque el régimen se
apoya en las masas y ha re enderezado la política nicaragüense por los causes
de comprender y enmendar los problemas que han agobiado, tradicionalmente, la
vida de los nicaragüenses, es decir los nicas saben que cuentan con un gobierno
atento a sus necesidades, sustentado en el apoco de las masas populares.
Por eso, en defensa
de la Revolución no puede haber repuestas tibias, sino firmeza para derrocar
definitivamente a las fuerzas rabiosas que mantuvieron a Nicaragua, durante
casi dos siglos, sometida a intereses extranjeros con el olvido total de los
problemas y el atraso en que se ha debatido Nicaragua bajo la égida de los
gobiernos reaccionarios. Rubén Darío señaló con firmeza los atropellos
cometidos por los yankees en el suelo nicaragüense.
Con su
abstención en la OEA, Honduras nos demuestra que va por buen camino en su
doctrina para basar las relaciones internacionales. Queda ahora pedir disculpas
por el horror del que fue cómplice en contra de Nicaragua cuando el sicópata
general Álvarez Martínez dirigió a Catrachilandia camino al caos y a la
hecatombe y que se ensañó en contra de la Nicaragua sandinista, permitiendo
también que los criminales de la Contra se refugiaran en Honduras y desde aquí,
con el financiamiento del gobierno estadunidense, se dedicaran a realizar
fecharían en contra del pueblo nicaragüense que desarrollaba su revolución.
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