DIÁLOGOS CON EL MAESTRO "GERMÁN GAITÁN"

 

Fotografía tomada del Internet 

Por Pablo Cáceres 

Durante el contexto del recien organizado Ejército Popular Sandinista en los primeros meses del triunfo de la revolución, existían unas oficinas que quedaban separadas ahí por la hoy avenida Bolivar. En unos de esos tantos días conocí a Germán Gaitánrecuerdo que hacia un palo de agua y los dos esperamos que la lluvia pasara; para cruzar de una oficina a la otra, situación que nos llevo a trabarnos en una amena platica sobre diversos temas entre los cuáles apareció las infaltables preguntas sobre el origen de cada uno, y ambos por razones más que evidentes nos dijimos cualquier cosa menos la verdad, y eso lo supimos desde el inicio de la conversación, él demostró aquella norma de los combatientes clandestinos de “saber solo lo que te interesa para tu trabajo … no más” y así fue, con su humildad, de la que más adelante sería testigo, me lo demostró. 

A partir de ese momento entablamos una amistad motivada por mi insaciable sed de aprendizaje y su inagotable espíritu de enseñar, poco a poco fuimos dándonos cuenta quienes éramos, filtrándome algunas cosas que eran necesarias para mi formación y él las consideraba de esa manera, en su papel de maestro, supe de sus movimientos como conductor de “Jesús o Agatón” el heroico Carlos Fonseca Amador, jefe y capitán de la Revolución que aun muerto la guiaba por los derroteros difíciles pero victoriosos, de su relación con el monseñor de los pobres, Monseñor Áreas Caldera, infatigable e inclaudicable cura sandinista, que por sus posiciones a favor de la causa de los pobres estaba relegado a una iglesia de menor nivel, que el aceptaba con la humildad cristiana que le caracterizaba, era en ese momento párroco de la iglesia católica de Ciudad Jardín, casi destruida y que le fue reconstruida por los combatientes ateos del Ministerio del Interior, dirigidos por el otro ateo confeso Comandante Tomás Borge M, con quien sostenía una hermosa relación en la cual no mediaban sus concepciones sino los deseos de construir una patria libre y soberana. 

Gaitán, me compartió que el FSLN recién fundado buscaba incansablemente colaboradores para financiar las futuras operaciones, él -Germán- embargó en el banco una pequeña fabrica en la carretera a Masaya, casi llegando a Nindirí que había levantado junto a su esposa y entregó el dinero a Carlos Fonseca, esos locales estaban abandonados después del triunfo del 79 y en manos del Estado, él nunca los reclamó.

En las manos de Germán se podía observar el impacto de bala en la mano izquierda, de su voz descubrí que lo había recibido de manera accidental durante una jornada de entrenamiento militar en la zona del crucero, cuando a los candidatos de guerrilleros urbanos los entrenaba un nicaragüense que había vivido en Venezuela, Denis Barquero, en las artes del armar, desarmar y tiro en seco de armas livianas para el uso de las artes de defensa y ofensiva de los guerrilleros urbanos del frente Sandinista. 

Supe por él, las vicisitudes y dificultades para la fundación en 1961 del movimiento nueva nicaragua1 de la mano de Carlos Fonseca, Silvio Mayorga, Tomás Borge, al que le profesaba una lealtad a toda prueba, Fernando Gordillo, Jorge Navarro y Francisco Buitrago, José Benito e Inocente Escobar2. Empresarios como Julio Jerez, entre otros3 , a ellos se les unió Santos López, luchador de Sandino y sobreviviente del asesinato del héroe que había alcanzado por méritos ganados en combate contra las fuerzas norteamericanas al grado de coronel y que se convirtió en el eslabón fundamental de los aprendizajes de la lucha de Sandino y de los noveles guerrilleros. 

En las largas noches de conversaciones en el “Hornito, 4 ” me enteré que Agatón lo habia escogido para que lo guiara por las complicadas veredas y llanos en el cruce de Honduras a Nicaragua y viceversa, donde lo que abundaban eran los peligros de la guardia hondureña y nicaragüense, que tenían conocimiento que por esas rutas circulaban los militantes del FSLN y las mercancías de contrabando entre los dos países.

En la casa oficina que compartíamos con Germán había una piscina tapada con madera que nos servía de comedor en largas conversaciones a las que se sumaban otros oficiales, compañeros de trabajo durante las horas libres para el almuerzo, aprendí en que no había que tomar siempre la misma ruta ni vestirse de la misma manera, el chequeo y contra chequeo lecciones que había escuchado a “Federico” Pedro Arauz P, a la luz de una candela en una casa de las “peñitas” que se conseguía con la compañera Eva Teller7 y mientras Marcos Somarriba, “Salvador” hacia vigilancia, el maestro del clandestinaje, el “Brujo” llamado así por sus capacidades más que por su origen del municipio de Diria8 , que te chequeaba cuando tenías que realizar tareas y después te preguntaba algunas cosas para controlar tu aprendizaje, nos repetía que el clandestino vale no por el arma que usa ni por su disposición a realizar las tareas sino, por la movilidad que pueda tener en las peores condiciones de represión del enemigo. 

Me enteré de su inconformidad cuando fuimos movilizados al sector cercano del aeropuerto para atender con un contingente de compañeros una toma de un pabellón de una prisión, donde unos delincuentes habían tomado rehenes a los custodias y desarmándolos amenazaban con ejecutarlos y liberar y armar a los guardias que permanecían el ella, lo asignaron a retener a los familiares y evitar consecuencias9, posteriormente se dio la orden dar solución a la toma después que desde el pabellón donde se encontraban los delincuentes le dispararon al Comandante Tomas Borge que, como ministro del interior, se había presentado a dirigir de manera directa el conflicto, impactando los disparos a metros donde estaba con un megáfono dirigiendo las operaciones, los familiares de los detenidos y la población, permanecieron a un kilómetro de distancia de las operaciones sin riesgo de ninguna clase gracias a su trabajo. 

Mientras hacíamos “vigilancia revolucionaria”, por las noches nada cortas, solamente acompañados por una leal perra de raza pastor belga obsequio del jefe de la unidad técnica canina del Ejército Popular Sandinista, me compartió  que en los años en que fue con ductor de  “Jesús” por diversos sitios de Managua, una ciudad plagada de orejas y guardias con una fotografía de Carlos Fonseca en el bolsillo deseosos de capturar al hombre más buscado del país, al que el propio Somoza había puesto una suma de dinero por su captura como recompensa. Compartió conmigo las reflexiones políticas e ideológicas y técnicas trasmitidas por el propio jefe de la revolución como un dedicado maestro por enseñar a su alumno. 

Supe de manera personal de la humildad de Germán, pues no pidió nada a pesar de que su aporte a la revolución era innegable. Germán cumplía sus tareas como que, si fueran las grandes asignaciones del trabajo revolucionario y que significaban misiones de la mayor importancia para la consolidación del nobel proceso, las desempeñaba con el sigilo de clandestino, de modo similar al mostrado por Ricardo Morales; apareciendo en un lado y anocheciendo en otro para después volviendo aparecer en otro, serio hasta para dormir, pero con una gran ternura en el corazón. Germán  trabajaba sin demostraciones de superioridad de ninguna especie, tenía absoluto respeto por los compañeros y mostraba cariño por los de origen campesino que por su preparación académica servían en los niveles de poca responsabilidad sin darnos cuenta que durante las duras jornadas guerrilleras fueron elementos de inclaudicable valor para la vida y acción de los combatientes y que de ello tenían mucho que enseñar. 

El maestro -German- siempre fue dispuesto a servir en las tareas que la revolución demandaba, lo vi marcharse a los cortes de café, algodón, aporrear frijoles y regresar con la inmensa satisfacción del deber cumplido, dispuesto a asumir las próximas tareas. Así era, un militante que nunca dijo nada de su entrega, simplemente lo hacía, esa era la mejor lección que podía darnos, hacer las cosas, “El hacer es mejor que decir”, era subordinado de una compañera, quien no se le comparaba con su historia y trayectoria, pero nunca reparó en ello, se subordinaba con la mayor disciplina, supe de su amistad con Gregorio Selser, el mejor escritor que tiene Sandino, cuando el escritor vino a Nicaragua invitado para un 19 de julio se hospedó en su casa de Ciudad Jardín y sus hijas Irene y Gabriela también las acogió en la misma casa como su familia. 

Solía asumir los problemas de los compañeros como que fueran los propios, siempre mostraba preocupación por las condiciones materiales y la preparación política ideológica de ellos, dedicaba tiempo para resolverlos, eterno educador y siempre vivía pensando en cómo hacer mejor las tareas asignadas, cumplía con las postas y la “guardia” sin reclamar ni la hora ni el sitio de la misma, siempre al frente, de primero, entregado sin hablar y sin pedir nada así era GERMAN GAITAN.

1) MNN. Antecedente del FSLN. 

2) Hermanos ambos provenientes del movimiento obrero.

3) Pido disculpas por si se omite a alguien. 

4) Cuartito de 2 mts de ancho por 2 mts de largo y casi 1.5 de alto donde se alojaban los guerrilleros clandestinos del FSLN. 

5) Nombre con el que se conocía al municipio del Viejo. 

6) Nombre con el que se le designaba a Chinandega. 

7) Hermana del héroe sandinista Daniel Teller Paz.

8) Diria y Diriomo les llaman en Nicaragua los pueblos brujos. 

9) Decía que el quería estar en la primera línea de fuego. 

10) Donald.

11) Colaboradores que migraron hacia esos municipios después del terremoto de 1972 en Managua.

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