El imperativo categórico de un Sandinista

     


Leonardo González Estrada*

Comportarse, guiarse, en tanto tu conducta, tú acción, tú ser determine las reglas de comportamiento de los demás, hace que efectivamente tu voluntad transforme la circunstancia social, no solo la individual.

Y es que Carlos Fonseca Amador, como sujeto consciente de su historia nacional, militar, política y colonialista, sustituyó el proceso pasivo que llevaba la sociedad nicaragüense, que había sido sometida por la injerencia norte eurocapitalista, desde que en 1909, no logró la clase política liberal de entonces, sostener el poder y resistir a las pretensiones intervencionistas como regionales de los Estados Unidos de Norteamérica. El destino manifiesto y doctrina Monroe de 1823, se proyecta casi un siglo después en el territorio de Nicaragua.

Bastantes procesos colonialistas fueron impuestos al Estado de Nicaragua, para convertirlo en una colonia, mientras la naturaleza premiaba el azaroso futuro con un hijo como Carlos Fonseca Amador, pues no iba a terminar aquel ignominioso gesto imperialista desde la masacre a los héroes de la patria, los Tratados y leyes proyanquis, marines y deshonra nacional, hasta la expulsión de estos terroristas mercenarios invasores norteamericanos en 1933. Tampoco, iba a tener un efecto de esperanza para la paz y dignidad nacional, con el asesinato del General Augusto C. Sandino, como lo creía la oligarquía nacional junto al embajador yanqui, y toda la camorra somocista. Todo lo contrario, se venía la pacificación de las segovias, que provocó la persecución y exterminio de toda la población que tuvo alguna simpatía y relación con la gesta antiimperialista del general Sandino.

Carlos Fonseca tuvo una energía excepcional, pues éste no logró ver de manera directa la lucha del general Sandino, como este lo hizo con la gesta del general Benjamín Zeledón, es decir, hubo realimentación en procesos militares tácticos, hubo transferencia de conocimiento.

Carlos Fonseca fue condenado por su circunstancia, asumió la pena como todo revolucionario; desde temprana edad adolescente era ya un ser virtuoso, estudioso. Poco a poco se fue comprometiendo con el conocimiento, con las gestas políticas que reivindicaban los valores patrios, con aquella historia épica militar y de resistencia de los oprimidos, contra los sistemas hegemónicos. Y logra identificar al Proto Mito-prototipo de ciudadano nicaragüense que fomente en las nuevas generaciones, el nuevo imaginario ideológico, social y ético para cada nicaragüense, postergado por los intereses imperialistas.

También este sujeto histórico, será quien determine el lugar de cada uno en este tiempo; lapso donde los hechos coloniales negaron a los subalternos, campesino, trabajador, mujer, niño, joven y estudiantes. Es decir, mientras Carlos Fonseca Amador se encontraría con ese otro, sujeto histórico, Sandino y todos los Sandinista vivían ocultos, reprimidos del imaginario colectivo, no obstante, estaba fresca la gesta, quedaban memorias vivientes, como el general Raudales, los coroneles Reyes, Santos López, entre otros, los cuales junto a la aguda inteligencia del revolucionario, lograrían abrir las alamedas de la dignidad, de la patria y del futuro, formularían entonces, los principios de aquella relaciones sociales, políticas, interculturales, éticas, económicas, es decir la lucha de clases, iban a tener nuevas reglas sociales, donde los Sandinistas tendrían cara, tendrían historia, tendrían valores.

El imperativo categórico, como fundamento del sujeto histórico Sandinista, es entonces intervenido por las nuevas reglas de comportamiento político para los nicaragüenses. De modo que, adecuar el pensamiento y conducta del general Sandino, como los principios organizativos del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional, devendría en una propuesta práctica del nuevo sujeto político que iba a participar en los procesos políticos dentro del Estado, desde la sociedad.

Entonces, el Sandinista fue determinado éticamente por Carlos Fonseca Amador, desde su identificación como sujeto histórico, con las bases prácticas e ideológicas de quien determina la conducta y comportamiento político, el general Sandino, así es que, el primer nicaragüense que persigue el camino de Sandino, el primer Sandinista en el futuro y en la posterior revolución antimperialista es el comandante Carlos Fonseca Amador. El cual, nos enseñaría desde la historia política y del poder, desde la dialéctica social y militar, desde los principios éticos necesarios para ser un sandinista.

No hay intención de generar un reduccionismo a todos los sobrevivientes del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional, primero sandinistas antes de la segunda guerra mundial. El nuevo sujeto histórico y antiimperialista en Nicaragua iba a ser determinado con la traición al general Sandino, pero también la coyuntura geopolítica, posterior a 1945. Lo cual, también determinaría el nuevo modelo del imperativo categórico, o sea, sistema de principios y valores revolucionarios del sandinista, que nos propone el principal fundador del FSLN 1963, y el padre de la revolución popular Sandinista del 19 de julio de 1979.

**El autor es Docente Universitario, Abogado e Investigador**

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