Respaldado por sus actos
*Oslinda Espinoza Vega*
¡QUE SE RINDA TU MADRE!
Esta
fue la célebre frase que exclamó Leonel Rugama, cuando el General Samuel Genie
Lacayo le pidió su solicitud de rendición, Leonel fue un valiente joven que a
los 20 años entregó su vida junto con los compañeros Róger Núñez Dávila y
Mauricio Hernández Baldizón quienes combatieron hasta morir un 15 de Enero de
1970. Dicha frase es muy reconocida por los nicaragüenses, pero sobre todo por
los militantes sandinistas quienes seguimos reafirmando que en nuestra
Nicaragua ni nos vendemos, ni mucho menos nos rendimos.
Rugama
nació un 27 de marzo de 1949 en el valle de Matapalos, departamento de Estelí,
desde pequeño fue un destacado estudiante, tanto así que en su último año de
secundaria en el Instituto Nacional de Estelí fue reconocido como el mejor
estudiante de su clase, sin embargo, por factores económicos en ese momento no
pudo asistir a la universidad, no obstante eso no fue un impedimento, puesto
que él mismo de manera autodidacta llevo a cabo parte de su formación. Gracias a su ingenio logró
entrar a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) donde poco a poco
fue desarrollando aún más su audacia como poeta, haciendo sus primeras
publicaciones de poesía en el suplemento “La Prensa Literaria” así mismo llego
a ser maestro de matemáticas.
Es
en el año de 1967 que Leonel Rugama establece contactos con el Frente
Sandinista de Liberación Nacional, internándose en la montaña como combatiente
guerrillero, es durante esta faceta de su vida que el comienza a escribir
poesía, después recibió órdenes de trasladarse a la ciudad de León.
Ya
han trascurrido 52 años de paso a la inmortalidad de una de las figuras más
importantes y representativas de la Revolución, este joven además de ser un
gran visionario, añoraba a como todos los que lucharon, una Nicaragua más justa,
una patria más libre y soberana, en contraposición a lo establecido por la
dictadura somocista, tanto para quienes
vivieron en carne propia el martirio de esos años y la inclaudicable lucha como
para nosotros los jóvenes de hoy, Leonel Rugama sigue siendo considerado por
muchos un gran ejemplo de valentía y de legado para los sandinistas.
Un año después en 1968 se organizó un concurso
literario en homenaje a Casimiro Sotelo que Leonel Rugama ganó con su ensayo “El Estudiante y la Revolución”, así mismo su poema “La tierra es un satélite
de la luna” llegó a formar parte del ideario sandinista y de las
referencias de todo aquel que formaba
parte de la organización revolucionaria.
Para Cabestrero,
(1989) “Leonel Rugama funde admirablemente los dos movimientos, el
movimiento de la libertad de expresión meramente literario y el de la liberación
ideológica, política, revolucionaria. Rugama, como que sintetiza en sí las dos
corrientes.” Esto gracias a su ímpetu y compromiso con la revolución, pero
sobre todo, lo llevó a cabo pensando en
la necesidad de fortalecer su formación ideológica para poder
compartirla con sus demás compañeros militantes
y lograr esa amalgama entre expresión literaria y liberación ideológica,
pensado desde su compromiso revolucionario.
Rugama siempre consideró que
los estudiantes debían asumir sus compromisos y la toma de conciencia, para reproducir,
la línea ideológica forjada por Carlos Fonseca durante la creación y formación
del FSLN, es por ello que Leonel afirmaba que el estudiante a pesar de su
visión teórica de la situación, carecía un poco del conocimiento de la misma,
es por esa razón que era muy necesario convivir con la clase oprimida para
poder comprenderla y lograr una formación más sustentable, la cual no solo
incluyera a intelectuales y estudiantes sino también a los más desprotegidos de
esos años.
La figura de este joven
seminarista, poeta, guerrillero, para nosotros es símbolo de las esperanzas
convertidas en cimientos, gracias a esa lucha la cual se llevó vidas excepcionales
como la de Leonel, nos ha servido de enseñanza de como el amor a la patria es
no callar ante las injusticias sociales, ante las discriminaciones y ante las
desigualdades. Aunque su vida fue muy corta, 20 años, para nosotros es de inspiración
eterna, formando parte de los muertos que nunca mueren y que se inmortalizan en
la historia, en nuestra mística revolucionaria, pero sobre todo en cada
proyecto pensado en el pueblo nicaragüense y en la Nicaragua que muchos soñaron
y que nosotros hoy tenemos el privilegio de tenerla y de seguirla consolidando
con la misma fuerza y entrega a como una
vez lo hizo Leonel Rugama, a como el mismo lo decía: “siempre muy cerca de la
muerte, pero no del final” porque para los revolucionarios no existe un final,
dejan las huellas y sobre todo las semillas de su pensamiento en las
generaciones presentes y futuras, quienes lo recordaran por su valentía y
tenacidad.
Me gustaría terminar este escrito con un pequeño fragmento escrito por el “Todo hombre debe respaldar con actos cada palabra que utilice” estas palabras son la prueba contundente de su legado y ejemplo de valentía.
Bibliografía
Cabestrero, T. (1989). El delito de tomar la vida en
serio . Obtenido de https://journals.openedition.org/orda/2534?lang=es
Umaña, L. (15 de Enero de 2019). El 19digital .
Obtenido de Leonel Rugama, su legado es ejemplo de lucha:
https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:86257--leonel-rugama-su-legado-es-ejemplo-de-lucha
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