Nación unida: Nicaragua triunfa
*Xavier Díaz Lacayo*
Con
vestigios de presencia humana desde hace 8 mil años y evidencias desde hace 6
mil, nuestra Nación, de nombre de origen náhuatl, es la unión convergente de
dos fronteras culturales civilizadas. Se dice según la tradición que Nic-anahuác
significa “hasta aquí llegaron los anahuacos” que migraban de norte a sur hasta
encontrar un lago con dos volcanes que se levantaran de las aguas; también que
significa “hasta aquí llegaron los arahuacos” que migraban de sur a norte, con
las mismas esperanzas de una tierra prometida.
Las
oleadas desde el norte y sur continuaron convergiendo sucesivas en los siglos.
Los ancestros de esta Nación Unida administraron la sabiduría de la experiencia
para garantizar la armonía con la naturaleza y entre humanos, conservando una
espiritualidad abierta a la fe en las promesas providenciales inscritas en el
libro y el árbol de la vida. Desde entonces nuestra identidad se procura
civilización desde y con el alma, incluyendo una etapa hace 3 mil años de un
modelo matriarcal coherente entre la política, la comunidad y la vivencia en
familia.
Con
esas raíces confrontamos la mentira y el engaño producto de la confusión de las
colonias españolas e inglesas. Piratas, ladrones, explotadores, esclavistas y
depredadores se encontraron a mediados del siglo XVI con una Nación Unida
acostumbrada a la confianza, al bienestar y a la colectividad. Sus mal
colocados antifaces de leyendas míticas y religiosas, de representantes de
monarquías y autoridades, de cambistas y comerciantes se les cayeron ante su
asombro y negación: No admitieron haber descubierto un pueblo con mayor
espiritualidad que la que pretendían anunciar; con mayor proporcionalidad y
equilibrio en el uso de los recursos naturales, ni con mayores evidencias de
civilización y respeto a la vida.
En
un intercambio sin igual -por lo asombroso de lo puro y digno- en la historia
colonial, la crónica cuenta que Nicarao, cacique de esta Nación Unida, invitó a
reflexionar al colonizador en temas como el destino de las almas, la magnitud
del cielo, el poder de Dios, la categoría de Jesús y su madre María. También de
la ridiculez del por qué tan pocos hombres querían tanto oro y su amor al
dinero. La espiritualidad de Nicarao le permitía discernir con el poder que da
lo alto y único; fue éste el poder que lo convirtió a Cristo. Eran ellos los
inconversos. El encuentro con nuestra libertad les causó pavor, torpeza y con
ello la brutalidad para el sometimiento. La constante de Nuestramérica ante el
parásito extranjero que desde entonces encontró una Malinche que vendió a los
de su misma raza, su mismo origen y su misma cultura. Abominación total.
En
otra mezcla de agua y vinagre, se lanzó hace 200 años una proclama regional de
independencia de la monarquía pero no de sus prácticas ni de sus vicios. Desde el 1 de julio de 1823 que legítimamente
se pudo aprovechar lo atractivo de las causas de libertad, igualdad y
fraternidad para rescatar la Nación Unida, solo se hizo el remedo de cambiar de
amo, diluyendo la redención en alternancias pactadas entre tendencias oligarcas
antagónicas en su discurso pero idénticas en el ultraje a la moral con
actitudes sumisas, ofrecidas, a un nuevo colonialismo antropófago, geófago,
filibustero y mercenario: el yankee invasor.
Acá
nacen las interpretaciones libertadoras de Bolívar como rescate de la unidad
latinoamericana. Mestizo e indigenista como Simón, surge Augusto Nicolás
haciendo un sueño realidad: venciendo, desocupando y expulsando a tropas del ejército
gringo el 1 de enero de 1933. No somos estrella de ésa bandera. Calderón
Sandino no discutió la soberanía de este pueblo con invasores ni cobardes para
liberar esta Nación Unida. Su vida en manos de un traidor fue la mejor
enseñanza. La semilla de Sandino cayó en esta ancestral tierra prometida
-“mientras Nicaragua tenga hijos que la amen será libre”- dijo. Empezó a
germinarse en el corazón de algunos para el espíritu de todos. A
conceptualizarse: Nacionalistas, Anti Imperialistas, Anti Colonialistas. A
rescatarse en luz y verdad desde Raudales y sus guerrilleros hasta la fundación
hace 60 años del FSLN, vanguardia del pueblo.
Desde
entonces, el sandinismo se juró con su propia sangre sobre esta Nación Unida.
Se evolucionó desde la espiritualidad popular de los combatientes surgidos de
las comunidades cristianas de base, se evolucionó desde la intelectualidad
popular de los movimientos estudiantiles universitarios, se evolucionó desde la
productividad popular de los obreros y los campesinos, así como, se evolucionó
desde el miedo, la apatía y la
incredulidad. Se evolucionó hasta la insurrección contra las ofensas a la
dignidad humana. Con Daniel al frente, la conspiración y la organización se
transformaron en arte y baluarte. La poesía clandestina y el canto épico se
transformaron en coherencia con las causas justas de los desfavorecidos, los
más débiles y los excluidos. 50,000 caídos en la lucha se transformaron en
millones de rojinegros representándoles en la apertura de espacios
reivindicados el 19 de julio de 1979 con la Revolución Popular Sandinista.
Idealista. Nación Unida. Romántica. Amiga de la humanidad.
Defendiendo
sus conquistas la Nación Unida enfrentó por cuarta vez al ejército más poderoso
del planeta. Recordamos a Daniel y Rosario ante las “Naciones Unidas” siendo
voz de millones -desde entonces- en temas de paz y seguridad, de derechos
fundamentales y humanismo, de desarrollo sostenible, de erradicación de
analfabetismo y pobreza extrema. Nicaragua denunciaba el atropello imperialista
que financió -con narcotráfico y venta de armas- una guerra contra el pueblo
que costó otras 50,000 vidas y 17,000 millones de dólares en daños materiales
que jurídicamente EEUU debe indemnizar al País. Contradictoriamente, el mismo
imperio usurpó en 1990 la victoria electoral del FSLN que durante 16 años
siguió su proyecto popular hasta desenmascarar el desfalco y la corrupción del
neoliberalismo que, antes de extinguirse, condonó moral y materialmente la
deuda.
En
2007 se comenzó a rescatar y promover en sus principios espirituales, de amor a
la vida y a las tendencias de armonía, de solidaridad, principalmente la de la
calidad de convivencia humana. La confianza en Jesús es la base de un modelo de
identidad y propósito desde el individuo y su familia hasta el desarrollo
humano comunitario y local con una visión de Nación Unida, en la satisfacción,
realización y felicidad de cada nicaragüense.
Desde
ese comienzo no podríamos hablar de nuevos tropiezos. Han sido los mismos: El
enemigo sigue siendo el que viene a desestabilizar, a robar la paz y a mentir,
el que busca cómo invadir e infectar nuestra salud mental y emocional para
distraernos y confundirnos. El enemigo sigue siendo el provocador que pretende
que perdamos la fe en Dios y en sus promesas eternas, infinitas e inagotables;
que perdamos la fe en nuestras autoridades, nuestras instituciones y nuestras
formas de medir la calidad de nuestra existencia desde el bienestar común; que
perdamos la fe en la auditoría social y en la licencia ciudadana. El enemigo
sigue siendo el traidor, el avaro, el que se vende al filibustero yankee, con
su terrorismo mediático y bélico. El enemigo sigue siendo aquel que se vence
ante los frutos del Espíritu que hay en Nicaragua: amor, gozo, paz, paciencia,
benevolencia, bondad, mansedumbre, templanza y fe. Por eso somos una Nación
Unida en victorias.
Seguimos
venciendo con nuestro modelo sandinista de restitución de derechos y desarrollo
humano; en la responsabilidad social compartida, en la equidad y
complementariedad; en el rescate de nuestras raíces, de nuestra cultura, en la
protección y cuidado de nuestra madre tierra. Creciendo en la asociatividad y
la gestión cooperativa para producir; en el emprendedurismo; en el balance
técnico y político de los servidores públicos. Creciendo en un modelo de
administración pública y social diligente, sensible para lo sostenible.
Creciendo en macroeconomía.
Seguimos
venciendo en la nobleza de nuestra juventud voluntariosa, consciente. Estudiosa. Incluyente. Influyente. Seguimos venciendo en una Nación Unida que
busca permanente del reino de Dios y su justicia confiando en que sus
añadiduras nos garantizan conservar humildad y dignidad. Sin vendernos ni
rendirnos jamás.
No comparto su párrafo que comienza con En otra mezcla de agua y vinagre, porque tras la independencia absoluta proclamada el 1 de julio de 1823 se funda la República, pero Arce traiciona al pueblo y surge, entonces, la gloriosa figura de Morazán, que rescató la legalidad y durante su mandato condujo a Centro América hacia un nuevo regimen de leyes y de garantías para todos. Lastimosamente ese período glorioso para nuestras Repúblicas Unidas de Centro América fue derrotado por la oligarquía que aún gobierna Centro América, con la excepción de Nicaragua.
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