Nuestra experiencia ante la Defensa de la Soberanía Nacional
*Cristopher Grijalva*
“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”
Salvador allende.
La experiencia nuestra ante la defensa del “Decoro
Nacional” La Soberanía, manifiesta una larga y dura lucha ante el imperialismo y el colonialismo, impregnado en políticas
extranjeras, expansionistas, usurpadoras, explotadora, discriminatoria y excluyente, basta hacer mención de
antecedentes Históricos como: el sufrimiento al igual que lo demás países de
Latinoamérica al dominio de la península Iberoamérica, la usurpación británica
situada en la parte de la región de la Costa Caribe que se prolongó por ciento
cincuenta años hasta 1893.
Principal, no obstante, al enemigo al que nos hemos enfrentado
luego de los antes referidos es a quien ha creado una agenda Política exterior
hacía Nicaragua precedida a la doctrina Morroe (1823), con el fin de crear una
plena subordinación ante los intereses de la metrópolis Norte Americana,
hablamos de los Estado Unidos de América, principal enemigo de la Humanidad.
En medio de largos años de dominación de partidarios
oligárquicos libero- conservadores, obedientes antes los intereses del Norte,
propugnados ante grupos de poder de renombre, apellidos e intereses
particulares, es decir; de la representación de un fragmento de élites de la
nación y de insaciables disputas por el poder económico, político y social.
Surge entonces, figuras líderes de inclaudicable conciencia social, capaces de
transmitir el mensaje ante la necesaria ruptura de las incesantes desigualdades
que vivía la población nicaragüense.
La Historia Nuestra guarda en la memoria Referentes
ideológicos transcendentes de la lucha político-militar; el General Benjamín
Zeledón, quién murió con las armas en la mano empuñando el sentir Nacionalista,
el General de Hombres y mujeres libres Agusto C. Sandino precursor de la idea
misma del sentir patriótico encausado en desarticular el yugo imperialista al
que habían sometidos los incipientes secuaces hijos de la Águila de Estrella.
Ambos son insignias, vigor y peso histórico que
resaltan el sentir de un pueblo nicaragüense que persistió ante las flagrantes
políticas expansionistas impuesta desde Washington y alimentaron los ideales de
hombres y mujeres entregados en una causa, la liberación y defensa de la
Soberanía Nacional.
La práctica gringa en hacer propia y útil a su
pretensiosa hegemonía global, instauró en el país una dictadura Militar por
cincuenta años al mando de la Familia Somoza, súbditos necesarios en su interés
geopolítico y estratégico, ante a estos acontecimientos surge el Frente
Sandinista de liberación Nacional, movimiento guerrillero que libró la lucha en
contra de la dinastía hasta su derrocamiento 19 de Julio 1979.
La Defensa de la soberanía no es solamente un axioma
político, ni un reducido concepto jurídico, es la materialización de la praxis del
escrito de Agusto C. Sandino “La soberanía no se discute, se defiende con las
armas en la mano” audaz pensamiento que caló en la psiquis de los
individuos integrados al Frente Sandinista, sus líderes políticos y fue
reflejado en el programa Histórica del FSLN.
En la actualidad nos encontramos ante el mismo
enemigo, con diferente vestimenta, lideres de cuello blanco, con nuevos métodos,
pero con una misma visión, quienes han comprado sus falaces ideas son quienes
han reducido su memoria ha acontecimientos de corto plazo, no obstante, el
reconocimiento histórico de la grandes mayorías de la población Nicaragüense
fortalecen su sentir Nacionalista y comprende que nuestras Soberanía se
defiende a través del Frente Sandinista como único partido capaz de recoger el
sentir del pueblo y al que ha estado al frente de la inacabable lucha por
mantener a nuestro País, como un Estado libre Soberano e independiente.
A víspera de los 200 años de Independencia que
constituyen a nuestro pueblo y a los pueblos de Centro América Independientes
de la antagonista Corona Española, el compromiso debe ser firme, leal y
combativo, ante quienes han pretendido menoscabar nuestras Soberanía.
Combatientes, milicianos, pueblo entero nicaragüense, es
nuestro el derecho, es nuestro el deber mantener floreciendo la espiga de la
libertad. Construimos nuestra segunda
independencia desde un plano de igualdades tangibles, donde las masas populares
son las protagonistas, a este proceso se suma conjuntamente una ardua en lucha
de deconstruir el pensamiento nor-eurocéntríco y colonial.
El porvenir es nuestra decisión, defender la soberanía
es además forjar en el pensamiento de los individuos una moral consciente que
solo es posible a través del modelo Sandinista, que constituye elementos
sustanciales de la soberanía, seguridad, paz, estabilidad económica, social y
cultural.
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