Pancasán, los trece combatientes y colaboradores.
*Bielka Estrada*
Insurrección es Pancasán; Pancasán es grito de victorias,
cántico de fe; victorias que alumbran los senderos de las conquistas en paz y
Nicaragua próspera con sabor a futuro de bienaventuranza.
A 54 años de la Gesta Heroica de Pancasán recordamos la
valentía de tantos hombres y mujeres que combatieron con bravura que estremece
las vísceras y la certeza de que Nicaragua tenía que destrozar las cadenas que
oxidaban los pulmones, el estómago y la piel.
Sustentados en la armadura indeleble del sentir unánime,
apostando a luchar en la guerrilla por la causa del pueblo todo, sin reservas
ni escusas; la causa del amor más pulcro y sentimental, el amor a la Patria
bendita.
Trece vidas terrenales se detuvieron en Pancasán: Silvio
Mayorga, Francisco Moreno, Otto Casco, Faustino García, Carlos Reyna, Carlos
Tinoco, Rigoberto Cruz, Nicolás Sánchez, Ernesto Fernández, Fermín Díaz, Felipe
Gaitán y Oscar Danilo Rosales, de manera distinta con el mismo salvajismo que
pervierte al agresor y prolifera abominación.
El pueblo nicaragüense se dio cita en el Sitio Histórico
de Pancasán, en el municipio de Matiguás; jóvenes que entre pares, tríos y
grupos caminaron desde la placita de la comunidad hasta donde se encuentran las
tumbas, chavalos que gritando consignas y con fervor revolucionario subían con
entusiasmo, e iban los papas con sus hijos, y las señoras con variado gusto
también subieron. Dijo uno de los abuelos, ¡Gracias a Dios estamos vivos!
Por la memoria de los trece, la memoria de los héroes
anónimos, combatientes y colaboradores a la Causa Sandinista, se honra el
legado del sacrificio de sangre y dolor inmenso que marcó una oportunidad de
reinvención para ratificar el compromiso de no rendirse ¡jamás!
Cada conmemoración de Pancasán simboliza el encuentro de
una generación genuina, fecunda con lecciones ideológicas construidas en el
combate férreo, y dolores crueles, que resaltan las ganas de vivir y aportar
desde su experiencia a la formación política de los chavalos que continúan
avanzando hacia el futuro.
Los partícipes de esa etapa de lucha, pueden contar la
historia de primera mano, cuando no se escatimó el abrigo de un abrazo amigo, que
se convirtió en hermano; el compartir el calor de hogar, el café, la tortilla
con camagües y acaso cuajada; la seguridad de la familia y la vida misma.
La guerrilla de Pancasán mostró el linaje de los
revolucionarios, de los íntegros hijos de la Patria, por lo tanto, somos un
pueblo comprometido que conmemora su historia y ratifica el compromiso por la
continuidad de la Revolución, cumpliendo la visión de los corazones soñadores
que profetizaban la Nicaragua que construimos hoy.
¡Excelente artículo!
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