El poder en Nicaragua es popular, a pesar del neocolonialismo

 *Leonardo González Estrada*


Los nicaragüenses merecemos un Estado Nacional Soberano. Para ello necesitamos un proyecto político autónomo, que lo va a garantizar su propio pueblo, una clase social organizada.

En este siglo 21, será organizada por el FSLN, y todos los ciudadanos organizados en torno a este proyecto. Nicaragua y su historia de lucha reivindican la lucha de otros pueblos colonizados, por los imperios blancos, como lo hacía Haití en el siglo 19 desde  1804.

Como lo propuso Nicaragua, con el general de hombres y mujeres libres, el General Sandino, así  gritaba desde el SUR DE AMÉRICA, la profe Mistral.

Los neocolonialismos no son tan nuevos, porque se basan en métodos obsoletos y una doctrina anacrónica, la del Destino Manifiesto, de un imperio no sólo decadente sino en estado de descomposición, que puede causar mucho daño antes de desaparecer como le ocurrió a los Persas, Griegos y Romanos.

Siempre se basan en mercenarios, en el sicariato, en el terror colectivo, en eliminar a su líderes locales, lo hicieron con la traición a Moctezuma, Diriangén y Taíno. Conquistaron con sus espadas, la muerte y quemaron a sus sabios locales.

Después de 500 años, cuando invadieron el territorio de los Nicaraguas por el Realejo, se inicia la construcción colonialista imperialista de España católica, que suponen las bases originarias del sistema político de ellos. Es decir, siempre los nicaragüenses recibimos las recetas políticas desde el mediterráneo y del norte.

Pero es en el siglo XX, que comenzamos a construir un proceso político autónomo y Soberano, Zelaya, Zeledón, Sandino, Colindres, Raudales, López Pérez, Santos López, Tórrez, Fonseca, Mayorga, Avilés, Benigna Mendiola (Venancia), y muchos grandes nicaragüenses, con apoyo de hermanos latinoamericanos, el mismo Che y Fidel, han aportado a que los pinoleros recomencemos nuestra historia política de Soberanía.

Y como para lograrlo se tenía que superar al colonialismo, efectivamente no se hace con Flores ni poemas, dicha acción política de decolonizarse se logra en el poder y en la política. Se tuvo que organizar a todo el pueblo para romper ese colonialismo Yanqui, alcanzando apenas el inicio el 19 de Julio de 1979.

Sin embargo, en el juego dialéctico de la política práctica, supuso un nuevo antagonismo, aunque con los mismos actores, pero estos ya sin el poder del Estado, que pasó de ser oligárquico, a un Estado Nacional Popular. Y ese mismo hecho creó a los nuevos mercenarios y traidores, mercaderes políticos que siempre siembra o cosecha todo imperio en sus ex colonias, o nuevas colonias.

Esos obsoletos imperios deben saber que, luego de 42 años de que el pueblo de Nicaragua asumiera el poder del Estado, los Nicaragüenses estamos más que preparados para asumir los designios de soberanía, autonomía e independencia política, sin que esto signifique límites a la soberanía regional de la Patria Grande, es decir, que estamos conscientes que la soberanía e independencia también debe ser una condición de todos los pueblos, puesto que los neocolonialismos suponen la amenaza a retornarnos a territorios de esclavos. Y siempre ocupan a oligarcas mercenarios regionales, para colonizar a otro pueblo. Las oligarquías son las mismas en todo el continente.

Veamos a Haití, a Colombia a Puerto Rico, son pueblos convertidos en espacios coloniales, donde toda la cosa política la determinan en Washington y Europa. 

El proyecto de la Patria Grande, anti colonialista es el camino que debemos transitar los pueblos de Nuestra América.

Los nicaragüenses llamamos a todos los vigores libres y anticolonialistas a unirnos para seguir luchando por nuestros pueblos.

La Soberanía del pueblo no se discute, no se negocia, no es mercancía, es la condición jurídica territorial para que cada ciudadano sea libre, es el estatuto jurídico de libertad e igualdad para cualquier humano de la tierra.

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