Breve semblanza del compañero eterno, Germán Pomares

 *Bayardo Altamirano*



Germán Pomares era sencillo y fraterno. Cuando viajó a Cuba le fue fácil entender el proceso. Se agigantó su toma de conciencia. Vivió la transformación agraria y estuvo seguro que lo mismo haríamos en Nicaragua. Desde entonces pudo explicar y entusiasmar a los compañeros que se incorporaron al FSLN para iniciar la primera campaña guerrillera, su encuentro con el coronel Santos López le permitió abrazar el legado histórico del general de hombres y mujeres libres, Augusto C. Sandino. De esta forma, asimiló en profundidad sus enseñanzas militares y desarrollo, así como su grado de integración con la montaña. 

Cuando fue jefe supo ser maestro de los recién incorporados y dirigir con éxito las tareas de enfrentar a la guardia genocida. Su perspicacia logró que la traición no lo sorprendiera y el comando que tomó la casa de Chema Castillo cumpliera la misión encomendada.

Fue gran contrabandista de armas durante la acumulación de fuerzas en silencio, posteriormente desplegó audacia dirigiendo el Frente Norte y en la emboscada de San Fabián demostró ser el mejor cuadro militar del FSLN.

Recordar al Danto y seguir su ejemplo es la palabra de orden en esta batalla electoral.

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