El pensamiento oligárquico en Nicaragua, Sandino como disrupción histórica

 Jonathan Flores

En la historia “pos independiente” de Nicaragua el poder siempre fue objeto de disputa por las élites conformadas por unas pocas familias terratenientes que heredaron los privilegios, bienes y ambiciones del sistema político colonial. Estas familias de corte conservador establecieron que el poder político y los asuntos públicos debían orbitar en torno a sus linajes y clase social como referenciación histórica. En ese sentido, la oligarquía nicaragüense no solo logró instalarse en los aparatos del Estado, sino que han reproducido desde sus propias élites intelectuales el basamento ideológico y axiológico que sustentan ese pensamiento de casta conjugado con un providencialismo tradicional.

La expresión más reciente de este pensamiento y tradición política se expresa en dos artículos de opinión publicado recientemente por el diario La Prensa titulados: La familia Chamorro en la historia nacional y Un apellido honorable respectivamente. En ambos artículos se describe con fascinación sesgada y categóricamente que la familia Chamorro ha asumido en la indelegable tarea histórica de construir el Estado de Nicaragua y el republicanismo como sistema político, negando con ello el papel auténtico de los sujetos sociales populares y la historicidad política de quienes desde el inicio y posterior a la colonización se opusieron a la dominación y explotación de sus tierras y a la esclavitud.

Las expresiones de progreso, paz y estabilidad social son atributos sociopolíticos que desde la concepción política de la familia Chamorro máxima representante de las oligarquías en el país, se atribuye, en el alegato falsificado de que en específicos momentos históricos personajes con ese linaje familiar han detentado el poder, asumiendo la existencia de una determinación histórica que liga los procesos políticos nacionales con la intervención transicional de la familia Chamorro. Tal es el caso de Violeta Barrios en 1990 y en la actualidad, la aparición mediática de Cristiana Chamorro, invocada como carta mágica de la oposición para los próximos comicios electorales.

El análisis histórico-político de los gobiernos ejercidos por la familia Chamarro desde 1853 demuestra la prevalencia de intereses políticos ligados a una visión oligárquica, que marcó la geografía del poder representada por las contiendas militares entre los ejércitos liberales y conservadores por establecer su hegemonía y política cuartelaria en las ciudades de León y Granada. Fruto Chamorro designado como el supremo director del Estado de Nicaragua en 1853, se convierte en el primer presidente de la Republica de Nicaragua, enemigo del federalismo centroamericano y transgresor de la constitución de 1838 y de la propia constitución de 1854 hecha a medida de sus exigencias y que él mismo sancionó.

Desde principios del siglo XIX la familia Chamorro ambicionó gobernar Nicaragua ejerciendo el poder no solo aduciendo una legalidad y legitimidad ajustada a los intereses de las clases gobernantes, sino impulsando sublevaciones entre conservadores y liberales y conduciendo golpes de Estado, como el caso de Emiliano Chamorro quien en 1826 derrocó al presidente Carlos Solórzano. Este mismo Emiliano Chamorro en su función de Ministro Plenipotenciario nicaragüense en Estados Unidos firmó el tratado Chamorro-Bryan, tratado que se convirtió en el símbolo de la abdicación y entrega de la soberanía nacional el 05 de agosto de 1914.

La cultura política de la familia Chamorro desde el siglo XIX se ha autodenominado como el apellido y la familia que debe tutelar el poder del Estado y se define como símbolo de “legitimidad” del poder y del ejercicio del mismo, sin embargo, en los distintos periodos históricos en los que asumieron el gobierno de Nicaragua se puede notar la forma dinástica de la política, el poder se heredaba entre los miembros de la misma familia, dándole a esas maniobras políticas un revestimiento de “legalidad”. Incluso la aparición de los Somoza en la política frustra los impulsos megalómanos de la familia Chamorro.

Su mantenimiento en el poder estuvo sostenido por factores internos como era la conformación de sus propios ejércitos que se disputaban el poder contra las fuerzas liberales y otras castas familiares, las posesiones de riquezas que le permitían ejercer una fuerte influencia en la esfera política,  y por otra parte, los factores externos, se conjugaba en una relación subordinada e incondicional en muchos casos a los intereses de Estados Unidos, gobiernos prebendarios a cambio de apoyo y respaldo político militar por parte de Estados Unidos, el caso más emblemático ha sido el tratado Chamorro- Bryan que en el artículo I de la convención del tratado Chamorro- Bryan firmado en 1914 se lee así:

"El Gobierno de Nicaragua concede a perpetuidad al Gobierno de los Estados Unidos, libre en todo tiempo de toda tasa o cualquier otro impuesto público, los derechos exclusivos y propietarios, necesarios y convenientes para la construcción, operación y mantenimiento de un canal interoceánico por la vía del río San Juan el Gran Lago de Nicaragua, o por cualquier ruta sobre el territorio de Nicaragua, debiéndose convenir por ambos Gobiernos los detalles de los términos en que dicho canal se construya, opere y mantenga, cuando el Gobierno de los Estados Unidos notifique al Gobierno de Nicaragua su deseo o intención de construirlo".

En el clan de la familia Chamorro siete de sus miembros han llegado a ser presidentes de Nicaragua, utilizando diversos mecanismos para hacerse con el poder.


La disrupción histórica y política de Sandino

Frente a la tradición oligárquica del poder disputado por las familias más opulentas de Nicaragua desde 1821, circunscritas a las tendencias ideológicas liberal y conservadora, que a lo largo de la historia han estado dominada por una cultura política pro imperialista, surge la gesta heroica de Augusto Sandino como quiebre de una tradición política tras casi un siglo en los que Nicaragua estuvo sometida a los intereses de gobiernos extranjeros por beneplácito de las oligarquías gobernantes.

La concepción patriótica de Sandino se fecunda con la realidad social que marca su origen y su conciencia política, premisas que se expresan en una de sus importantes declaraciones que nutren su pensamiento: “Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza”. Del general Sandino no solo se debe hablar de su gesta guerrillera que fue clave para el desarrollo del pensamiento nacionalista y de defensa de la soberanía nacional del ejército invasor del norte, se debe reconocer su aporte en la construcción del pensamiento político emancipador, que toma como referencia las necesidades y demandas de la mayoría de los nicaragüenses, entre ellos el campesinado uno de los sectores sociales más explotados y relegados.

El pensamiento de Sandino es auténtico, legítimo y vigente por contener las aspiraciones de los sectores históricamente explotados y olvidados por los gobernantes tradicionales de corte oligárquico y anti pueblo. Sandino defiende y reivindica la soberanía nacional no limitada la defensa militar del territorio nacional, sino como posibilidad política para dirigir el proyecto de nación con autonomía y en aras de construir la patria latinoamericana, conceptos que parece románticos, pero que son el proyecto histórico de las naciones latinoamericana tras los procesos independentistas.

 El pensamiento de Sandino no se configura en los límites de la realidad nacional, su alto sentido internacionalista y unionista se recoge en el Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar estructurado como una estrategia geopolítica para los pueblos latinoamericanos frente a las amenazas de las potencias extranjeras. En el exordio de dicho Plan Sandino expresa:

Hondamente convencidos como estamos de que el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo, y que ya no atiende a teorías de derecho y de justicia pasando sin respeto alguno por sobre los inconmovibles principios de independencia de las fracciones de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, consideramos indispensable, más aún inaplazable, la alianza de nuestros Estados Latinoamericanos para mantener incólume esa independencia frente a las pretensiones del imperialismo de los Estados Unidos de Norteamérica, o frente al de cualquiera otra potencia a cuyos intereses se nos pretenda someter.

Sandino frustra la continuidad histórica del poder como instrumento de las oligarquías en Nicaragua, y aunque es asesinado el 21 de febrero de 1934 por un sistema que lo vio como una amenaza, su lucha guerrillera, su compromiso, su mística y sus ideas calaron en la conciencia colectiva de las clases populares que 45 años después hizo una revolución que por convicción y por el ejemplo de su precursor, se denominó Revolución Popular Sandinista. Con Sandino se desarrolla de una nueva filosofía del poder, su rol de guerrillero y la de su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional inaugura una visión disruptiva, paradigmática de la historia política nacional y mundial.

En el pensamiento de Sandino y en su legado se expresa una nueva cultura política que posibilita que el poder sea ejercido por las clases populares y a favor de las mayorías, que son los sujetos auténticos de la política y de la historia.

*Este artículo ha sido publicado en el Semanario 38 del Centro de estudios del Desarrollo Miguel d´Escoto Brockmann, el 22 de febrero de 2021.*


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