El futuro del agua en nuestra región: entre el monopolio y la geopolítica
Jonathan Flores M.
Hace
pocos días circulaba en los medios de comunicación internacionales la noticia
de que el agua había empezado a cotizarse en el mercado de futuro de Wall
Street, de acuerdo con los criterios de los expertos hay posiciones antagónicas
respecto a las implicaciones que tiene tal acontecimiento, sin embargo, con
ello se sienta un precedente histórico de una nueva manera de cómo hemos
entendido el agua, superando la concepción físico-biológica de que el agua es
un recurso vital disponible por igual para todos los seres vivos del planeta.
El
agua como recurso vital e indispensable de toda sociedad humana ha sido
valorado como bien público y de protección de los estados, también un recurso
geoestratégico, en la antigüedad desde los sistemas sociopolítico más simples
hasta los más complejos se organizaron alrededor de poder acceder, administrar
los recursos acuíferos. Un ejemplo de ellos es que muchas tribus originarias de
América establecían sus aldeas en las cabeceras de los ríos, le otorgaban
valores y propiedades divinas al agua, igualmente las civilizaciones
hidráulicas como la mesopotámica, china y egipcia se configuran sobre el
control administrativo y político del agua que era indispensable para la
irrigación de los campos y el consumo.
En la
actualidad, el modelo productivo propio del sistema capitalista demanda el uso
de grandes cantidades de agua para la fabricación de productos, al mismo tiempo
como consecuencia de las practicas productivas se siguen vertiendo desechos que
contaminan los cuerpos acuáticos. Es el caso de la concentración de plásticos
en los océanos, a ello se le suma el problema global del cambio climático que
genera escasez del agua y el avance de la desertificación provocando un drama
ecológico y humano que reconfigura las relaciones de poder entre la sociedad.
El
futuro del agua no es el más optimista debido a que las condiciones antrópicas
han incidido en la preservación natural de este líquido, haciendo que su
escasez provoque nuevas formas de control, el despojo de las riquezas naturales
a los países periféricos ha sido una constante histórica, el estatus de
exportadores de materias primas ubica a muchos países latinoamericanos en un
escenario complejo dado que los intereses corporativos ejercen mayor influencia
sobre la explotación y monopolización de los recursos vitales.
La especulación financiera sobre los derechos
de utilidad del agua, los precios en los mercados bursátiles internacionales es
un signo de alerta sobre lo que podría ocurrir con el recurso más importante
para la vida.
El giro geopolítico radical
En
pocos la geopolítica global no girará en torno al control de las reservas de
petróleo, sino que se reconfigurará sobre el dominio de las reservas de agua
superficiales y subterráneas.
En
este nuevo escenario global, la región de América Latina será objeto de
políticas más agresivas y de “programas de desarrollo” hipotecarios. El
continente pasará a ser una región volátil en cuanto a la profundización de
conflictos históricos entre las naciones latinoamericanas y a lo interno entre
grupos sociales antagonizados, igualmente es previsible una instrumentalización
externa de los conflictos sociales, con ribetes similares a los de Medio
Oriente con la geopolítica del petróleo.
*Texto publicado originalmente en el semanario N° 31, CEDMEB, UNAN-Managua*
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