Así comenzó todo

*Pablo Cáceres*

 Así comenzó todo

La epopeya histórica del Frente Sandinista de Liberación Nacional inicia con la gesta heroica del general de hombres y mujeres libres Augusto Calderón Sandino, cuando se niega a firmar el documento de rendición[1] ante la intervención norteamericana el 4 de mayo de 1927[2] en Tipitapa, bajo un árbol de espino negro. Esa muestra de dignidad y defensa de la soberanía de nuestro pueblo ejecutada por Sandino, llevó a un grupo de nicaragüenses a fundar el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) el Coronel Santos López, Carlos Fonseca Amador, Silvio Mayorga, Faustino Ruiz, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, José Benito Escobar, Tomás Borge, Germán Pomares Ordóñez y Rigoberto Cruz “Pablo Úbeda”.

De esa manera se enlaza la lucha libertaria del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional del General de Hombres y Mujeres Libres Augusto C. Sandino, con la lucha político militar[3] del Frente Sandinista de Liberación Nacional. El 26 de octubre, en 1959 con la experiencia guerrillera conocida como El Chaparral, se reanudaba la lucha de Sandino con las acciones de un grupo de nicaragüenses que habían declarado su inquebrantable decisión de combatir hasta derrocar a la dictadura asesina de Sandino o morir.

En estos primeros años, el FSLN trabajó arduamente en la preparación política y militar de sus cuadros en la ciudad y en el campo. La primera acción guerrillera en 1961, tuvo como escenario las profundidades montañosas de la zona del norteño departamento de Jinotega, en la zona de Raití y Bocay, habitada mayoritariamente por nativos miskitus y mayangna[4]. La guerrilla fue cercada por la Guardia Nacional de Somoza y el Ejército de Honduras en una operación conjunta y eliminaron a todos sus miembros, en esa primera experiencia cayeron de manera heroica y valiente en 1963, nuestros hermanos, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, Faustino Ruiz, Modesto Duarte, Mauricio Córdoba, Boanerges Santamaría e Iván Sánchez.

Esta actividad guerrillera del FSLN, si bien es cierto fue una derrota militar, sirvió para un análisis que llevó al joven movimiento revolucionario a extraer valiosas conclusiones que se aplicarían en los posteriores años en la lucha sin cuartel contra la sangrienta dictadura somocista. El FSLN, se organizó de mejor manera y puso énfasis en su trabajo clandestino y organizativo en los campesinos, obreros, intelectuales y estudiantes; además de profundizar el análisis de crear una base social en la montaña para las futuras actividades de formación del contingente guerrillero ya no invasionista, sino crear de manera permanente, un contingente de compañeros en la montaña.

Pancasán la historia se alumbra con la sangre de los caídos.

En 1967, la Dirección Nacional del FSLN decide de cara a la situación política del país, ubicar a sus mejores cuadros en las montañas de Matagalpa para abrir un foco guerrillero de manera permanente, en esa misión se trasladan a Carlos Fonseca, Óscar Turcios, Silvio Mayorga, Tomás Borge y Gladys Báez. En la ciudad, quedaron como responsables de la guerrilla urbana Daniel Ortega y Doris Tijerino.

Matagalpa[5]era una región donde los campesinos no trabajaban más de tres meses al año, durante la recolección de café y el resto del año mataban el hambre con maíz con sal.

En términos estratégicos, se avanzó de la concepción invasionista[6]al establecimiento de una actividad guerrillera permanente[7] en territorio nicaragüense.

Ese año, con una situación coyuntural muy importante en Nicaragua, la oligarquía se presentaba como la única organizada en dos partidos políticos, los obreros, campesinos, explotados y pobres, estaban sin opciones políticas. La dictadura masacra[8] a la población que engañada por el Agüero-Chamorrismo, los conduce a una manifestación en contra del somocismo y a favor de los intereses de los enriquecidos, el FSLN apura sus actividades organizativas para presentare ante el pueblo como la alternativa viable y verdadera en la lucha contra Somoza y los norteamericanos que lo sostenían.

Para responder con contundencia a las manifestaciones de los oligarcas, que de manera conjunta con la dictadura somocista, pretendían consolidar el proyecto norteamericano en Nicaragua; el FSLN presenta el programa histórico de los pobres y para los pobres, documento elaborado desde las limitaciones de la clandestinidad vigente hasta nuestros días.

En la zona montañosa de Pancasán,[9] el FSLN desarrolla[10] una actividad guerrillera que el somocismo respondió con toda la fuerza militar que le entregaron los norteamericanos y logró asesinar a los compañeros, héroes sandinistas, Silvio Mayorga Delgado, comandante de la columna; Rigoberto Cruz, más conocido como “Pablo Úbeda”; Francisco Moreno, Otto Casco, Fausto García, Carlos Reyna, Ernesto Fernández, Óscar Danilo Rosales, Carlos Tinoco, Nicolás Sánchez, entre otros extraordinarios combatientes, algunos sobrevivientes no tuvieron otra opción que replegarse a las profundidades de las montañas para continuar luchando.

En enero de 1968, la organización se consolidaba y avanzaba en sus actividades en el campo y montaña haciendo presencia en las ciudades de Nicaragua con recuperaciones económicas que servían para financiar la lucha frontal contra la dictadura, en esa situación se ratifica como jefe militar y político del FSLN al Comandante Carlos Fonseca. 

La experiencia de Pancasan y las lecciones aprendidas de Raití y Bocay, ratificaron la certeza de la necesidad de organizar un contingente que desde el interior y con una base social campesina, les permitiera desplegar sus actividades revolucionarias en el país, se decidió en ese momento, sin abandonar la necesidad del foco guerrillero, desplegar otras estrategias[11] en las cuales se integraran los cuadros nuevos para consolidar una organización fuerte y dinámica. Se toma la decisión de entrar a una etapa de acumulación de fuerzas en silencio para permitir la actividad de crecimiento, organización y entrenamiento de las fuerzas que se integraban al FSLN.

A acumular fuerzas sin dejar de luchar.

Ese periodo se llamó "acumulación de fuerzas en silencio" y duró hasta el 27 de diciembre de 1974 en el que un grupo de guerrilleros del FSLN dirigido por Eduardo Contreras y Germán Pomares, asalta la casa del ministro somocista José María Castillo, exigiendo la liberación de los sandinistas prisioneros en las ergástulas somocistas, la entrega de dinero para el financiamiento de la lucha y la publicación de dos proclamas dirigidas al pueblo de Nicaragua, entre otras exigencias. El comandante Carlos Fonseca Secretario General del FSLN afirma:

“Desde mediados de 1971 hasta mediados de 1974 tiene lugar en la montaña la actividad de los núcleos pre-guerrilleros que alcanzan el objetivo de adaptar a la vida de la montaña a cuadros de procedencia urbana y que crean las condiciones para la consolidación de núcleos campesinos combatientes con alguna estabilidad, a la vez que se impulsa toda una red clandestina de abastecedores e informantes, dentro de algunos sectores campesinos.”.[12]

Con esta acción el 27 de diciembre de 1974, El FSLN reaparecía en el escenario político nacional, como una organización política militar organizada, capaz de ejecutar acciones político-militares de gran importancia, con organización y preparación, que necesitaba necesariamente una articulación con los cuadros clandestinos en los territorios del país como retaguardia estratégica.

De acuerdo a lo expresado por el general en retiro Omar Halleslevens[13] entre los principales logros de esa acción esta la liberación de los trece prisioneros políticos entre ellos el comandante Daniel Ortega, actual Presidente de la Republica y secretario General del FSLN, ese comando representó los deseos del pueblo de Nicaragua de justicia y simbolizaba la vida de rebelión de los nicaragüenses, el FSLN venia de una etapa en la cuál muchos cuadros valiosos cayeron mostrándonos la decisión de combate, Ricardo Morales, Oscar Turcios , Juan José Quezada, Jonathan Gonzales, Pedro Arauz, Carlos Agüero, entre muchos otros.

La etapa de acumulación de fuerzas en silencio representaba no una claudicación, sino que de acuerdo al análisis de los cuadros que en ese momento estaban en la dirección del FSLN, era indispensable acumular fuerzas para consolidar las posiciones en el teatro de operaciones militares en la montaña y la ciudad y prepararse para las futuras acciones que nos llevarían a la victoria final.

Somoza no estaba acostumbrado a recibir órdenes y menos de los sandinistas, pero tuvo que ceder, aceptó liberar a los detenidos y aceptó publicar en los diarios del país dos comunicados del FSLN, mismo que estuvo en el poder por unos días mostrando lo que sería el futuro cuando la victoria fuese realidad, ordenando aumentos de salarios para los campesinos y mejores condiciones para los obreros, “era como otro país” refiere Halleslevens.

Para los compañeros de la montaña destaca el general Halleslevens “Cuando oyeron eso fue como un bombazo, eso trae una gran inyección a lo que es la moral, a lo que es la decisión y la motivación para continuar en la lucha y el apoyo de la población, del pueblo”.

Para Manuel Rivas Vallecillo, el comandante Alí, quien estaba prisionero en la cárcel Modelo de Tipitapa:

“Nosotros pasábamos ya algún tiempo presos, éramos 8 o 9, los que habíamos quedado de cientos de compañeros que salieron, los juzgaron, a nosotros nos condenaron a mí y a Jacinto Suárez a 27 años. Solo quedábamos 8 o 9 presos en las cárceles de Somoza, por supuesto no es nada grato, no es grato, haber estado preso en las cárceles”, dijo.

“Después de haber caído muchos compañeros, el Frente Sandinista decidió hacer una etapa de silencio para recuperar fuerzas. Para revivir los cuadros, cayeron muchos compañeros buenísimos dentro de la lucha, pero esa etapa del sandinismo fue muy significativa, porque demostró con el asalto a Chema Castillo, que el Frente estaba vivo, que existía el Frente, que tenía fuerzas para seguir la lucha, porque nunca pensamos nosotros que la lucha se terminaba o clausuraba” refirió el comandante.

“Siempre pensamos y tuvimos esperanzas que el Frente Sandinista iba a triunfar y hasta hoy seguimos pensando en eso, con el liderazgo, por supuesto, que desde joven demostró el comandante Daniel. En la cárcel estaba José Benito Escobar, otro miembro de la Dirección. Pero con el liderazgo del comandante Daniel”, enfatizó.

Para el comandante Lenín Cerna, la acción del 27 de diciembre de 1974 “es el salto estratégico del Frente hacia la victoria de la toma del poder”.

El comandante Lenín afirmó que “el fenómeno más importante de la historia de Nicaragua de más de 50 años es el sandinismo, no es solamente Sandino, no, es más allá porque a Sandino lo asesinan en el 30 y pico pero no muere más bien surge el sandinismo y da lugar a que otros combatientes, otros luchadores logren elevar esa bandera de Sandino y llevarla hasta hoy”.

“Son los programas sociales, son las conquistas del pueblo, aquí no estamos hablando de las luchas entre calandracas y timbucos, para posesionarse de los instrumentos para explotar más al pueblo. Aquí estamos hablando de una fuerza nueva en la cual participan distintas gentes, pero lo que los une es la ambición de lograr que los que siempre han sido explotados tengan verdaderamente participación”. Eso es lo importante recalcó Lenin.

“Y ahí tenemos que reconocer que las casualidades no existen, independiente de los héroes que murieron, de los participantes de esa fecha histórica, independiente de eso, no es una casualidad que de ahí surgiera la dirigencia de esta parte de la revolución, una parte extremadamente difícil, que es la parte de tratar de consolidar y alcanzar objetivos que no solamente era la toma del poder por las armas, señaló.

Para esa etapa dura y difícil se necesitó un dirigente con todas las cualidades y liderazgo para conducir a la victoria “Y ese dirigente, le duela a quien le duela, se llama Daniel Ortega. Que tiene la misma edad que muchos de nosotros, pero tiene la experiencia indiscutible, quien le pudiera decir, de haber sido un forjador del proceso revolucionario insurreccional, la toma del poder, la defensa del poder, después de las circunstancias del 90, 16 años mantuvo la bandera de Nicaragua y la del Frente Sandinista como se deben mantener, erguidas, y volvió con esas banderas en alto sin la más mínima concesión a nuestros enemigos”, manifestó el comandante Cerna.

No se puede entender otro liderazgo más que el de Daniel, que como dijo Tomás Borge está dispuesto a morir con los puños despellejados de luchar y las rodillas intactas de nunca arrodillarse”.

¡PATRIA LIBRE O MORIR!

¡VENCEREMOS!

 



[1][1] Y entrega de la soberanía del país a los Estados Unidos de Norteamérica.

[2] Día de la dignidad nacional Nicaragüense.

[3] Lucha política por la vía armada.

[4] Nativos que habitan en los territorios de la costa Caribe de Nicaragua y sobrevivientes a la invasión española.

[5] Caracterizada por el comandante Carlos Fonseca en esos años.

[6] Incursiones desde las zonas fronterizas, como fue el caso del Chaparral

[7] Basaba en la teoría de que un grupo de revolucionarios unidos en pensamiento y acción, con un programa de liberación, podía con sus actos movilizar a la mayoría de un pueblo, para derrotar una dictadura.

[8] El 22 de enero de 1967.

[9] Panka-danto; Asang-Monte: Monte del Danto, en lengua Sumu,

[10] Y en este trabajo la actividad de “Pablo Úbeda” (Rigoberto Cruz Arguello) fue fundamental

[11]Estrategia insurreccional, que se caracterizó por combinar las acciones militares con la sublevación de las masas

[12] Comandante Carlos Fonseca, Notas sobre la Montaña, 1976.

[13] Miembro del Comando.

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