LA REVOLUCIÓN SANDINISTA, SIEMPRE TRIUNFANTE.
*Por: Víctor Manuel Ramos*
Cuando
las masas populares de Nicaragua tomaron el poder al derribar, tras una lucha
sangrienta y heroica que duró varios años, los enemigos somocistas aliados al
crimen y a la tiranía no cesaron en su afán de neutralizar la Revolución.
Acudieron a todos los centros de la derecha internacional, pero sobre todo a
Los Estados Unidos para hacer todo lo posible, incluida la guerra genocida
intervencionista, durante la cual Honduras jugó un papel vergonzoso de Porta
aviones yankee o de República Alquilada, como la calificó acertadamente
Gregorio Selser, liderada por los agentes norteamericanos afincados en Honduras
que provocó la pérdida de hermosas vidas de jóvenes sandinistas heroicos que
defendieron con su sangre el proceso revolucionario.
El
Frente Sandinista de Liberación Nacional había hecho un gobierno en el que
reivindicó los derechos del pueblo a la salud, la educación, la tierra y el
trabajo, pero el acoso norteamericano a que era sometida la Revolución y la
constante pérdida de vidas, llevaron a los sandinistas a aceptar dirimir el
asunto en las urnas. Las madres sandinistas, que no querían ver más a sus hijos
en el combate, votaron por Doña Violeta que se convirtió en Presidente títere
de Nicaragua. A ella le siguieron otros seudo presidentes sometidos a los
dictados norteamericanos de volver a Nicaragua al redil de la doctrina Monroe,
en condición de sumisos y de enemigos de las aspiraciones populares de los
nicas.
Los
somocistas, envalentonados, creyeron que la Revolución estaba derrotada, que no
tenía más oportunidades porque los sumisos presidentes nicas hacían todo para
desprestigiar la gestión sandinista pero al mismo tiempo los revolucionarios no
perdían oportunidad para apoyar al pueblo y su ansia de libertad, de
independencia absoluta y de que Nicaragua marchara por las sendas del progreso
y el bienestar nacional.
Así
se dio la posibilidad de volver a derrotar en las urnas a las fuerzas
somocistas a las que se sumaron otros que agazapados se disfrazaban de revolucionarios
pero que solo aspiraban a satisfacer sus ambiciones personales.
La
Revolución volvió a dirigir el Estado y a la nación con planteamientos y planes
de gobierno reivindicadores que han hecho que los nicas, en su gran mayoría,
respalden la continuación de la Revolución y que repudien los intentos fallidos
de los emisarios de los yanquis que han tratado de destruir el Estado revolucionario
para volver a imponer, en Nicaragua, el Estado hijo de puta que conviene a los
yankees.
El
último intento por ahogar a la Revolución en sangre les resultó fallido y las
últimas elecciones fueron el fallo definitivo de que el sandinismo y su bandera
revolucionaria seguirá al frente de la nación con un proyecto que hace que
Nicaragua sea cada vez más libre, más soberana, mas solidaria y más
progresista. Así lo siente el pueblo en su mayoría y por eso este 19 de julio
le veremos en las calles, enarbolando la bandera roja y negra de la victoria
definitiva en contra de los eternos enemigos del pueblo.
El autor es escritor y catedrático hondureño*
Comentarios
Publicar un comentario