¡La Carta democrática del Consenso de Washington!
*Leonardo González*
El contexto de las
carta democrática de 1991 no tiene nada que ver con la realidad de los Estados
Nacionales en el 2021, aquel fue para ratificar los intereses de EEUU
declarados en el consenso de Washington en 1989.
La OEA se convierte en
un mecanismo que juzga los modelos políticos de cada Estado. Es decir, no tiene
nada democrático, puesto que tiene un mandato expreso en aquel consenso de
Washington y del FMI, de carácter neo colonialista.
La Nueva fase de este
organismo, logra hacer el trabajo sucio del FMI en los foros políticos, y en
conjunto con los europeos. La OEA es el gerente, del FMI, puesto que la deuda
pública, bloquea cualquier posibilidad de que cada pueblo y Estado alcance independencia
real, sobre todo, se dedica a vulnerar la soberanía.
Por ello es que, los
tratados comerciales con los EEUU tienen un capítulo sobre
"democracia", mismo que es supervisado en Latinoamérica por la OEA,
en tanto organismo colonialista, que vela por los intereses de su papá imperio.
Si bien es cierto que
Cuba, desde 1962 fue expulsada, pero es en ese sentido que se convierte en el
precedente jurídico y geopolítico del rumbo que iba a marcar la OEA a partir de
la carta "democrática", cuyo interés siempre será mantener el estatus
quo de la hegemonía del continente.
La novísima agenda
sobre derechos humanos es el nuevo paradigma internacionalista de los EEUU, quien
canaliza toda su intención vía procedimientos establecidos en dicho instrumento
internacional (Carta Democrática), a pesar que los mismos EEUU no han suscrito
ningún convenio ni tratado sobre derechos humanos.
Nicaragua ha sido un
país que participa en los diferentes foros de derecho internacional, respetando
todos sus órganos y funciones, sin embargo, a partir de este año la OEA ha dado
su nuevo giro neocolonialista contra el país de Darío y Sandino, cometiendo
ilegalidades y nulidades, adefesios jurídicos del tamaño del Sol, es decir, su
carácter legal y ético se ha anulado en su totalidad.
La OEA ha agotado su
papel de aportarle a los Estados y Pueblos latinoamericanos y del Caribe, es
tiempo que cada Pueblo reflexione sobre su integridad y soberanía, para que
busquen nuevas y mejores alternativas de reorganizar el continente que hizo
fundar al capitalismo, merecemos mejores procesos de respeto entre los Estados
y Pueblos.
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