Recordando al Che
*Saraí*
El 09 de octubre de 1967, a temprana edad, 39 años, Ernesto Guevara de la Serna, el Che; es asesinado en Bolivia por manos del ejército y la CIA. Los restos de su cuerpo fueron trasladados a Cuba, donde reposa en el memorial de Santa Clara, pero su legado revolucionario no ha muerto, porque las ideas no mueren jamás, el Che nace todos los días.
Un
hombre de concepción socialista y de liberación, apegado a ideales marxistas y
leninistas. Che Guevara siempre tuvo un amor inigualable por el bienestar de los
pueblos, por eso siempre luchó por las desigualdades que veía día a día en su
entorno.
Cansado
de ver lo ambicioso y perverso que podía convertirse el ser humano, tuvo una
visión futurista de la creación de un “nuevo hombre” con la finalidad de alcanzar
el bienestar de la sociedad bajo el principio de la igualdad y la justicia, el
Che murió persiguiendo sus ideales, sus sueños y también utopías.
“El
hombre nuevo”, a como le llamaba él, consistía en la formación ideológica de
valores y conciencia para la construcción necesaria del comunismo en la
humanidad.
El
Che consideraba que la arcilla fundamental de ese nuevo hombre es la juventud,
puesto que, formando a una nueva generación que trabajara sin cesar día a día
por la construcción de la igualdad social y de la defensa de los derechos de
cada uno, las futuras generaciones no podrían formarse bajo la ambición, vista
como un antivalor que deformaba el proyecto socialista y al hombre como sujeto.
Visionaba
a toda esta generación del siglo XXI convertida en revolucionarios sedimentados
en el amor, porque todo revolucionario tiene que amar a su pueblo y entregar
todo por el bienestar de las sociedades.
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