CUBA, NUEVAMENTE EN LA MIRILLA YANKEE
*Víctor Manuel Ramos*
Cuando
Trump accedió a la presidencia de Los Estados Unidos, trastocó todos los límites que la prudencia requiere en el
manejo de las relaciones internacionales. En primer lugar se coligó con la desacreditada,
solitaria y avejentada migración cubana en Miami, que sigue con la esperanza de
un día cualquiera poder desembarcar nuevamente en Cuba para reconvertirla en el
paraíso sujeto a las veleidades norteamericanas, para recobrar lo que muchos
dicen perdieron con la revolución pero que nunca tuvieron y para reinstalar en
la Isla la democracia de la cual, Los Estados Unidos es el peor ejemplo en esta
civilización Occidental y cristiana.
Quería
los votos de Florida el señor Presidente Trump y por eso no tuvo empacho con
ligarse al Senador Bob Menéndez que representa el pensamiento más retardatario,
junto con Rubio. Y, durante todo su mandato, Trump echó por tierra los avances
y acercamientos que había adelantado el presidente Obama.
Ahora,
frente a la posibilidad de que Biden plantee una nueva apertura hacia Cuba, la
reacción norteamericana ha venido trabajando , a través de los medios sociales
y de agentes infiltrados y pagados desde Washington, para aprovechar el
descontento que podría generar la profundización de las sanciones impuestas por
Trump, que recrudecen el bloqueo impuesto, de manera criminal, en contra de la
Isla desde hace 60 años y que se ha condenado, año con año, por la mayoría
absoluta de la Asamblea General de la ONU y por los pueblos del mundo.
Los
reclamos son por los apagones y por la carencia de algunos alimentos. Pero todo
esto tiene una explicación: con la profundización del bloqueo, Cuba tiene
limitada la compra de combustibles, pues los buques que se atreven a
transportar combustibles a Cuba son impedidos por los Estados Unidos, su carga
confiscada y la empresa sometida a sanciones. Lo mismo pasa con los alimentos y
las medicinas, situación que ha provocado tremendas dificultades, sobre todo en
el enfrentamiento de la pandemia, pues a Cuba incluso se le han negado las
vacunas que proporciona la OMS mediante el mecanismo COVAX. A pesar de todo
eso, Cuba ha realizado grandes esfuerzos, entre ellos la producción de vacunas
nacionales que asegurarán un enfrentamiento más eficiente de la pandemia. En
otras palabras: Los Estados Unidos estrangula a Cuba y luego llama a la
población a protestar porque no se satisface el suministro de combustibles y de
energía eléctrica ni de los medicamentos esenciales. Tiran la piedra y esconden
la mano.
El
domingo pasado se produjeron manifestaciones y protestas en algunos lugares de
Cuba. La respuesta que esperaban los norteamericanos era que el ejército
saliera a las calles a reprimir, como ocurre en Colombia, en Chile, en Ecuador,
en Guatemala, en Honduras. Mas, lo que ocurrió es que el presidente Díaz Canel
acudió a San Antonio de los Baños para dialogar con la población y para
explicarles, en persona, cual es el origen de las dificultades por las que
atraviesa el país, situación frente a la cual es preciso la unidad granítica
del pueblo cubano. Simultáneamente, la gran masa de cubanos que no piensan
poner en precario su independencia, salió a las calles a respaldar al gobierno
revolucionario.
No
habrá invasión militar a Cuba, ha afirmado Bob Menéndez, pero afirma que darán
todo el apoyo a los cubanos que, engañados y pagados por Washington, traicionan
al legado de Martí y de Fidel. Porque, incluso, han lanzado chapapote a los
bustos del Apóstol Martí y han pisoteado la bandera de las franjas, la estrella
y el rubí.
El
Gobierno revolucionario de Cuba ha estado sometido, desde su inicio a un acoso
tremendo por parte de Los Estados Unidos: actos terroristas, asesinatos,
incendios de cañaverales y Centrales, bombardeos, invasión militar, bloqueo
criminal y múltiples intentos de asesinato al presidente Fidel Castro. Todos
estos delitos son una transgresión a la ley internacional que plantea la no
intervención en los asuntos internos de otro país y porque constituyen
verdaderos crímenes de lesa humanidad
El
país que reclama respeto de los derechos humanos en Cuba, que es en donde
mayormente se respetan esos derechos (salud, educación, vivienda, trabajo,
acceso igualitario a los alimentos y otros bienes de consumo) es el que anda
por todo el mundo promoviendo su pseudo democracia, mediante la intervención y
la invasión militar para deponer a aquellos regímenes que no se someten a sus
dictados. Así es como están en la mirilla y les ocasionan graves daños, los
pueblos de Venezuela, Nicaragua, Haití, Cuba, Irán, Siria, para mencionar unos
pocos. Cuba en cambio no anda por el mundo matando gente ni agrediendo países.
Ofrece
médicos, vacunas, becas para jóvenes pobres para estudios superiores. Ofrece
amistad y paz. Pero exige el respeto a su independencia y a la voluntad del
pueblo cubano que quiere vivir en paz, sin interferencias foráneas, vengan
estas de donde vengan.
A
Cuba no se le ha permitido comprar ventiladores ni medicinas con motivo de la
pandemia. Tampoco se pueden comprar alimentos ni otros insumos necesarios para
que la vida transcurra normalmente entre sus ciudadanos. El acoso se ha
profundizado desde la administración Trump porque causar dificultades al pueblo
de Cuba le permitía atraer a los sectores fascistas y racistas de su país.
Causar
problemas en Cuba es la estrategia y tergiversar los hechos a través de la gran
prensa sometida es para presionar a que Biden no pueda dar algunos pasos que
permitan el alivio de las condiciones de acoso a Cuba.
Cuba,
sin embargo ha recibido el respaldo, casi inmediato, del mundo, de los pueblos
del mundo y de los mandatarios progresistas: Rusia y China han hecho
advertencias firmes a Los Estados Unidos; así se han sumado Venezuela,
Nicaragua y Bolivia; pero el Presidente López Obrador de México ha exigido el
fin del bloqueo como la única forma de que Cuba supere las dificultades que
viene arrastrando desde hace 60 años por la agresión norteamericana, y el
presidente Fernández de Argentina también ha remarcado la necesidad de que
nadie se inmiscuya en los asuntos internos de Cuba porque –ha subrayado-
resolverlos solamente corresponde a los cubanos.
La
OEA dirigida por el pelele de Almagro no tardará en salir a condenar a Cuba, país que hace mucho fue
separado y que se ha negado reiteradas veces a reintegrarse a esa organización
tutelada por los Estados Unidos en contra de los pueblos de América que aspiran
a su liberación definitiva.
Los
Estados Unidos acusan a Cuba de promover el terrorismo, acusación que es falsa,
peros hacen de la vista gorda del terrorismo que exporta Colombia, del
terrorismo interno que ejecutan en Chile, Colombia, Brasil, Guatemala y
Ecuador. No condenaron la participación de Macri, de Lenin Moreno ni de
Bolsonaro en el golpe de Estado en Bolivia exportando terrorismo, ni ha
presionado para que en Perú se declare Presidente electo al ganador Castillo.
No dicen nada el gobierno represivo y narcotraficante de Honduras.
El
pueblo de Honduras, que solo beneficios ha recibido de Cuba con sus brigadas
médicas y con los miles de jóvenes que han estudiado Medicina en la Isla, ha
mostrado su solidaridad inmediata y exige el pleno respeto a la independencia
de la Isla y la no intervención de la forma que sea. Los traidores vende patria
no tienen futuro en Cuba.
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