Recuperemos los principios del Derecho Internacional
*Leonardo Estrada González*
Entonces,
el anti Sandinismo y anti patriotismo expresado en esa resolución burbuja de la
OEA, ¿qué efecto tiene?, pasan más horas y Nicaragua, no acata órdenes de ningún
extranjero, entiéndanlo.
Recordemos
que la OEA está actuando al margen de la legalidad, con un representante de
ficción, el de Venezuela, pues ese Estado cumplió con el procedimiento legal de
salirse de esta organización de agendas oligarcas proimperiales.
Sus
dos agendas, la de la democracia y de los Derechos Humanos, son mecanismo de
injerencia, que implementa EEUU, sin siquiera ser parte de esos convenios.
Es
decir, para sumarle más ilegitimidad el Consejo permanente de Derechos Humanos,
no puede convocarlo ni dirigirlo el representante de los EEUU, pues este se ha
negado a suscribir los protocolos, convenios y tratados en materia de derechos
humanos.
Es
más, se autoexcluyó del Consejo de la ONU, porque no acepta resoluciones en su
contra. De tal manera, que la ilegitimidad e ilegalidad en que incurre la OEA,
y el Secretario General se agrava en la medida en que los Estados miembros van
aconteciendo procesos políticos que los pone en crisis. Y este no se pronuncia,
ni activa ningún mecanismo, o procedimiento para interpelar al Estado cuyo
comportamiento político, contraviene la carta democrática y los convenios de
derechos humanos.
No
hay equidad en el tratamiento de los problemas de las Naciones, siempre hay una
agenda suprema por parte del Secretario General, y es la que a los EEUU le
interesa, aquellos Estados que van contra la cosmovisión política y económica
de la burguesía capitalista proyanqui y pro europea.
Todo
lo que acontezca en virtud del cambio del sistema de organización política,
social y económica que haga soberanamente libre a todos los sectores de esa
Nación, se convierte de manera súbita en una amenaza al sistema interamericano,
medido, formulado e inventado en Washington, exactamente en las oficinas del
pentágono.
Los
Nicaragüenses y demás naciones hermanas, debemos conocer más sobre procesos de
organización tanto de los sectores sociales dentro de la Nación, poniendo como
prioridades derechos vitales como la salud gratuita, educación gratuita y
acceso a diversos alimentos; también
cómo compartir las experiencias con las demás naciones y sus sectores sociales,
sobre la organización contingente ante amenazas climáticas, alimentarias, en
políticas públicas sociales, interculturalidad, de manera que el respeto entre
los pueblos crezca aún más.
Lo anterior, podría permitirnos alcanzar mayor
independencia de los procesos coloniales intrínsecos en los tratados de libre
comercio con las potencias capitalistas, que no les importa los derechos
humanos, sino la acumulación de capital, a partir de desvirtuar los sistemas
políticos de esas naciones, para apoderarse de sus riquezas, recursos y la
fuerza de trabajo esclava.
En
Nicaragua la educación es un derecho humano, la salud es un derecho humano, la
interculturalidad es un derecho humano, el agua es un derecho humano, el acceso
a la vivienda es un derecho humano, es decir, la protección del Estado en
materia de derechos humanos básicos o de segunda generación es una realidad, y
es por todas estas transformaciones que no estamos dispuesto a renunciar a
ellas por una agenda neoliberal, privatizadora del presente y del futuro de
nuestros niños.
Si
los Estados buscan el respeto a los principios del derecho internacional, los
sistemas interamericanos, Centroamericanos, caribeños, Africanos, Europeos,
Asiáticos, todas las organizaciones mundiales deberían aportar a la cohabitación
en el mundo.
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