La universidad pública como expresión de lucha y emancipación social
Jonathan Flores
La
universidad pública y en particular la Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua, UNAN, Managua históricamente ha sido no solo un centro de enseñanza
superior con la noble misión de formar profesionales, sino que, en su expresión
histórica ha sido un foco de luchas sociales y vanguardia de las demandas de
los sectores más vulnerables de la sociedad nicaragüense. Tanto es así que, fue
desde el seno de ella misma donde se forjó la conciencia revolucionaria de
jóvenes, hombres y mujeres que derrotaron al somocismo desde las ideas y desde
la acción social organizada con fundamentos científicos y políticos.
Desde
su ardua labor por lograr su autonomía, se erigió como un espacio de educación
superior con vocación popular. Se convirtió en una institución garante para que
las clases excluidas también se formaran, testimonio de un proceso histórico
que logró que la educación pasara de ser un privilegio de las clases dominantes
a un derecho inalienable de los explotados, campesinos, obreros e incluso de
aquellos que por sus propias concepciones ideológicas adversan a la universidad
pública y su proyecto institucional.
El derecho a la educación ha sido una lucha de siglos en Nicaragua, las élites tradicionales de poder han querido instrumentalizar la universidad pública por ser el lugar propicio donde se producen las ideas retadoras, donde germina el pensamiento crítico, donde se forja la conciencia de clase. Todas estas connotaciones históricas, éticas e ideológicas hacen que la universidad pública y en especial la UNAN, Managua sea un punto vertebral de ataques mediáticos, de caldo de cultivo para intensificar e inocular discursos contrarios a los intereses del pueblo. Las evidencias más recientes de tales aseveraciones se produjeron en 2018 donde las universidades públicas fueron blancos simbólicos y materiales para perpetrar el intento de golpe de Estado. Ninguna universidad privada de las decenas que hay en el país sufrió daños ni fue objeto estratégico para la manipulación política y mediática a favor de la desestabilización.
En
la coyuntura actual, por lógica política y sentido común se puede deducir
fácilmente que cualquier evento institucional (sea este el proceso de admisión)
que se vincule hacia afuera con la sociedad nicaragüense es un blanco perfecto
para deslegitimar y desacreditar a la universidad pública y de manera
concerniente a la UNAN, Managua por ser un referente simbólico y estratégico de
emancipación social.
Sin
embargo hay que tomar en cuenta que la universidad pública constitutivamente y
por expresión histórica-política es revolucionaria.
¡A
la libertad por la Universidad!
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