Racismo y exclusión en la democracia del Imperio
Edgard P. Galo
En 1776 la declaración de independencia de los Estados Unidos proclamó como verdad evidente que todos los hombres son creados iguales y con derechos inalienables, entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Pero esas prerrogativas de derechos no favorecían a la población afrodescendiente condenada a sufrir por un largo tiempo la esclavitud y exclusión social dentro de un sistema racista en que se funda la pregonada democracia estadounidense, que ya bien entrado el siglo XX aun mantuvo legalmente formas de discriminación y segregación racial.
Cuando se redacta la constitución estadounidense en 1787 para efectos de equilibrio entre los estados del norte y del sur las elites no tuvieron ningún reparo en contabilizar utilitariamente a los esclavos para con ello determinar el número de representes y de electores acordando el compromiso de los 3/5, tres de cada cinco esclavos fueron contados como equivalente a una personas libre y por tanto blanca dejando huella de un pasado esclavista en la conformación de origen del colegio electoral estadunidense[1].
La discriminación racial tuvo su corolario jurídico en la infame sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos con el caso Dred Scott Vrs. Standford en 1857 cuando dictaminó que los negros no podían ser ciudadanos por su pasado como esclavos, “un negro cuyos antepasados fueron esclavos, no es ciudadano dentro del significado de ciudadano para la constitución de los Estados Unidos”, y para dejar en claro el imaginario de supremacía blanca otro punto de la sentencia indicó “cuando se adoptó la constitución, en ninguno de los estado eran considerados miembros de la comunidad que constituía el Estado y no se les contaba entre sus gentes o ciudadanos”[2]
Durante el periodo de reconstrucción seguido a la guerra de secesión, la sentencia Dred Scott Vrs. Standford fue anulada con la aprobación por el congreso de la XIV enmienda constitucional que certificó derecho de ciudadanía a toda la población independiente de su raza[3], dos años después el 3 de febrero de 1870 la decimoquinta enmienda estableció que no podía impedir a un ciudadano votar por motivo de su raza, color, o condición anterior de servidumbre (esclavitud)[4].
En teoría las enmiendas garantizaban el voto de la población negra, pero en la práctica muchas legislaciones estatales permitieron transgredir esta enmienda al poner en marcha leyes conducentes a excluir y evitar que la población negra votara, estas leyes conocidas como Jim Crow eran estatutos que entre 1890 y 1990 muchos estados sureños implementaron con el propósito de impedir el ejercicio del voto a los afroamericanos.
Entre esos estatutos destaca la cláusula de los abuelos que permitía a cualquier persona cuyo abueno había votado antes de 1867 ejercer el voto sin necesidad de realizar examen de alfabetización o tener propiedades, como antes de 1867 la mayoría de la población afroamericana era esclava esta cláusula claramente fue concebida para impedirles votar.
En la práctica las aberrante leyes Jim Crow tuvieron el efecto de mantener la segregación en los estados del sur estableciendo la exclusión social, económica y política. Resulta celebre la doctrina jurídica de “Separados pero iguales” con la cual la corte suprema de justicia dictaminó en el caso Plessy contra Ferguson en 1896 viendo legal las leyes de segregación racial al amparo de la política de separados pero iguales, separación ofensiva a la dignidad humana de los afrodescendientes y que les mantenía sometidos a servicios sociales de menor calidad.
Si bien las leyes Jim Crow fueron anuladas por la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derechos Electorales de 1965 logradas después de largas luchas civiles de la comunidad afrodescendiente encabezas junto a otros líderes por el reverendo Martin Luther King, independientemente de los ciclos electorales de auto pretendida legitimidad el sistema capitalista norteamericano, dos siglos después de su proclamación de independencia siguen siendo tan excluyente y racista como lo fue en su origen esclavista.
[1] Constitución de los Estados Unidos, el Compromiso de las
tres quintas partes es parte del Artículo
1, Sección 2, Cláusula
3.
[2]https://tile.loc.gov/storage-services/service/ll/usrep/usrep060/usrep060393a/usrep060393a.pdf
60 u.s. (19 how.) 393
(1857). Tomados del sylabus. trad. por Liliana B. Zagert. El texto completo del
fallo se encuentra en
el sitio web de la universidad cornell www.law.cornell.edu. para el sylabus
http//:www.law.cornell.edu/supct/html/historics/ussc_cr_0060_0390_zs.html
[3] https://photos.state.gov/libraries/amgov/30145/publications-spanish/constitution_sp.pdf
[4] https://photos.state.gov/libraries/amgov/30145/publications-spanish/constitution_sp.pdf
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