Imperialismo estadounidense y las luchas antiimperialistas del siglo XXI
Ramón Grosfoguel
Breve presentación de ocho tesis en el Ciclo Internacional “Nuestra América en los Planes del Imperialismo” encuentro “Una Mirada desde América del Norte” celebrado el 25 de agosto de 2020.
TESIS 1: El ciclo de la hegemonía estadounidense en el sistema mundo ha entrado en crisis terminal. La hegemonía estadounidense que comienza después de la Segunda Guerra Mundial en 1945, ha terminado en el año 2020. El nuevo centro de la economía capitalista mundial se ha desplazado a China. Estados Unidos es actualmente el epicentro de la pandemia con el mayor número de muertos en el mundo y el epicentro de la Gran Depresión Mundial del sistema capitalista global con más de 50 millones de personas que han perdido sus empleos en las últimas 12 semanas.
TESIS
2: La decadencia del imperio estadounidense es una buena noticia para el mundo
en el largo plazo, pero una mala noticia en el corto plazo para América Latina.
Luego de haber perdido las guerras en el Medio Oriente, y luego de haber
perdido la guerra comercial con China en África y Asia, el imperio se repliega
en lo único que le queda que es su periferia histórica: América Latina y el
Caribe. Esto significa que la política estadounidense en nuestra región se hará
más agresiva y más belicista mientras más se acelere la caída del imperio.
El
imperio busca monopolizar los recursos naturales y los mercados de la región y
busca recuperar los países perdidos para preservar su status imperial en el
mundo. De ahí la ola de Golpes de Estados blandos y duros en la última década,
el último contra el gobierno de Evo en Bolivia el pasado noviembre, y de ahí la
guerra de 4ta generación contra Venezuela.
TESIS
3: Los próximos meses serán tiempos de mucha tensión para Venezuela. La
administración Trump enfrenta unas elecciones donde teme perder. En su
desesperación, está usando a Colombia con su gobierno títere narcopolítico y
parapolítico neocolonial y a países limítrofes para escalar esta tensión y si posible
crear un conflicto que desvíe la atención de los problemas domésticos de los
Estados Unidos en medio de unas elecciones presidenciales.
Esto
siempre ha sido un clásico del imperio: desviar la discusión de sus problemas
internos a través de aventuras guerreristas en el mundo. Si en el Medio Oriente
usaron la retórica del “terrorismo islámico” para justificar su terrorismo de
estado imperialista, destruyendo países y asesinando a millones de seres
humanos; en América Latina usan la retórica del narcotráfico. Ya hemos visto
que se han inventado a través de “fake news” un cartel (El Cartel de los Soles)
y han acusado al Presidente Maduro y el liderato del gobierno bolivariano de
ser los líderes de este cartel.
Estos son pretextos de cara a la opinión pública mundial, pero sobre todo de cara a la opinión pública dentro del imperio. De ahí que la batalla informática se hace fundamental y la preparación para lo peor se tiene que organizar anticipadamente para que no haya sorpresas.
TESIS
4: El imperio se debate entre dos versiones de la supremacía blanca: la versión
del apartheid y racismo abierto y descarado representado por Donald Trump junto
con los grupos terroristas supremacistas blancos que lo siguen y la versión del
nuevo apartheid liberal multicultural encabezado hoy por Joe Biden. La versión
del nuevo apartheid liberal multicultural de las administraciones Clinton, Bush
y Obama busca darle un rostro multicultural y multirracial a la supremacía
blanca para que nada cambie.
TESIS
5: Estas dos versiones de la supremacía blanca constituyen dos respuestas
diferentes a la realidad de que los blancos estadounidenses se harán minoría
demográfica durante las próximas dos décadas.
La
población de mayor crecimiento somos los latinos. La respuesta del viejo
apartheid de Trump es poner un muro en la frontera sur para detener el
crecimiento demográfico latino y la respuesta multicultural liberal es darle un
rostro multirracial al estado imperial integrando elites de los grupos
inferiorizados racial en la administración del estado mientras que el estado
racial blanco y las elites capitalistas blancas sigan mandando y los grupos
representados por estas elites negras y latinas sigan empobrecidos y
superexplotados.
Por
eso tenemos ministros negros y latinos, un ex-¬‐Presidente negro y ahora una
candidata negra a la vicepresidencia sin que nada cambie en términos
capitalistas, imperialistas y raciales en los Estados Unidos. Lo importante a
tener en cuenta es que estas versiones en disputa de la supremacía blanca
estadounidense son dos caras de la misma moneda. Sus diferencias son
secundarias y son de cara a la política doméstica del imperio. En cuanto a la
política exterior imperialista no tienen ninguna diferencia.
Por
eso no podemos hacernos ilusiones con ningún presidente estadounidense: sea la
versión del viejo apartheid de Donald Trump o sea la versión del nuevo
apartheid liberal multicultural de Joe Biden. La política agresiva del imperio
en su decadencia se intensificará hacia América Latina y sobretodo Venezuela no
importa quien gane las elecciones. Mientras la Casa Blanca sea blanca, no
importa el Presidente que la ocupe, el estado seguirá siendo un estado
capitalista racial imperialista supremacista blanco.
TESIS
6: Este crecimiento demográfico de poblaciones no-blancas hasta hacerse mayorías
demográficas dentro del imperio en unos 15 a 20 años, tiene el potencial de
fortalecer las luchas anti-imperialistas dentro del imperio hacia la
descolonización y desaparición de la barbarie del estado capitalista racial
estadounidense como imperio y su transformación en un país civilizado
internacionalmente que se comporte de manera solidaria, en paz e igualdad con
los pueblos del mundo. Estas luchas hasta ahora han sido invisibles fuera de
los Estados Unidos debido al bloqueo mediático.
Pero
estas luchas anti-imperialistas dentro del imperio existen ni tienen mucho
potencial estratégico. Recordemos que la guerra de Vietnam se ganó no solamente
por la lucha heroica del pueblo vietnamita sino también por las movilizaciones
dentro del imperio contra la guerra de Vietnam. Y el imperio solamente caerá a
partir de las luchas antiimperialistas desde su interior junto al
debilitamiento causado por las luchas anti-¬‐imperialistas desde el exterior.
TESIS
7: De cara al siglo XXI no se puede pensar una lucha antiimperialista sin
coordinar con las luchas antiimperialistas al interior del imperio. En el siglo
XXI el imperio se debate entre la supremacía blanca en cualquiera de sus dos
versiones y la lucha por la descolonización del imperio desde adentro. La
población latina y de otros grupos dentro del imperio como negros, indígenas y
migrantes es estratégica. El cambio demográfico abre un potencial
descolonizador.
Esto
no es automático como hemos visto con la Presidencia de Obama donde el imperialismo
y el estado racial no cambió. Se trata de organizar un trabajo político hacia
la descolonización del imperio desde su interior, que, en solidaridad con otros
pueblos, desarrollen una lucha anti-imperialista mundial por la destrucción del
imperio.
TESIS
8: De la misma forma que no se puede pensar el anti-imperialismo del siglo XXI
sin la coordinación de las luchas antiimperialistas dentro del imperio, tampoco
se puede pensar el anti-imperialismo del siglo XXI sin diversidad epistémica.
Tenemos que pensar en un anti‐imperialismo que no puede tener una sola
epistemología o visión de mundo como punto de partida. El antiimperialismo del
siglo XXI tiene que ser epistémicamente y espiritualmente pluriverbal, diverso
y plural.
La paz, la solidaridad y el derecho soberano a la autodeterminación de los pueblos tienen que ser los principios de unidad anti-¬‐imperialistas respetando las espiritualidades y epistemologías diversas. Y tiene que tener como tema central la defensa de la VIDA porque el sistema imperialista con su destrucción ecológica del planeta está llevándonos a la muerte.
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