Y también enséñenles a leer...

*Pedro Murillo* 

                                                                                                          “Y también enséñenles a leer” 

                                                                                                                                     Carlos Fonseca.

El jefe de la Revolución Popular Sandinista que aún dirige con sus enseñanzas los pasos de esta revolución, ordenó en las montañas de Matagalpa donde se instruía al contingente de guerrilleros y campesinos que se habían sumado al esfuerzo político-militar, -quienes luchaban por el derrocamiento de la dictadura somocista-, que también les enseñaran a leer y escribir…

Aquella orden, se mantuvo vigente durante muchos años de difícil lucha y esa actividad fue integrada a los planes de preparación de los jóvenes que se integraban a la guerrilla en los diferentes territorios, donde estuviera un militante trabajando en la organización del enfrentamiento para construir una patria mejor.

A 15 días de haber triunfado el FSLN, a la cabeza del pueblo de Nicaragua, se iniciaron las primeras acciones para cumplir la orden, tomando de base el plan elaborado por el FSLN desde antes del triunfo de la revolución.


Para 1980, el 24 de marzo, 8 meses después, 95,582 estudiantes, maestros, obreros trabajadores de las estructuras del Estado, conductores, oficinistas, amas de casa y fundamentalmente jóvenes, partieron a los últimos rincones de nuestra patria a cumplir esa orden. Enseñaron a leer y escribir a un rotal de 406,056 nicaragüenses, con ello se redujo la herencia de la derecha somocista que se mantenía en el 50.35% por la falta de escuelas e inversión en programas de educación, al 12.96%, declarándose oficialmente a Nicaragua, territorio libre de analfabetismo.

 Una epopeya reconocida por casi todos los países del mundo y que se hizo merecedora del premio de la UNESCO[1], Nadezhda Krúpskaya una medalla con que se reconoció el titánico esfuerzo del gobierno de Nicaragua en 1981. Dicha tarea culminó oficialmente en español en agosto de 1980, iniciando en septiembre de ese mismo año la tarea de alfabetización en la costa caribe norte y sur, que continuó bajo la dirección del recién organizado Ministerio de Educación.

La triunfante revolución se propuso al cumplir esa orden en las montañas del país, entre otros objetivos:

1.         Combatir el problema social del analfabetismo.

2.       Introducir la realidad social de Nicaragua al Mundo, a los miles de campesinos, a quienes, la realidad estaba oculta por tanto tiempo por el somocismo.

3.       Involucrar a la juventud nicaragüense en la participación de las tareas de la revolución y mediante ello, emprender con ellos la actividad formativa más importante de su juventud.

Con este proceso se daba un golpe mortal a la derecha somocista, aún viva en algunos nicaragüenses que pretenden regresar a ese pasado financiados desde el exterior por el imperio norteamericano, que no abandona sus pretensiones de convertirnos en colonia.

El objetivo clave de dicha campaña fue llevar la conciencia de la realidad social a miles de analfabetas que vivían de esa manera por los intereses de la derecha criolla, de esa manera podrían entender la historia, sus derechos, su dignidad, su país, su revolución y adquirir el protagonismo de transformar su país.

Hoy, a 40 años de esa gesta que se ganó el respeto y admiración del mundo, dedicada a los “Héroes y mártires por la liberación de Nicaragua” este país, esta revolución, sigue comprometida con todos y cada uno de los objetivos de aquel hito histórico, en todos los rincones y a todos los niveles se sostienen esfuerzos para que el flagelo de la derecha somocista no regrese, programas sociales de educación, vemos entre otros esfuerzos como en los rincones del país se construyen escuelas, o se mejoran las infraestructuras de las existentes para darles mejores condiciones, se mantiene el 6% para la educación universitaria y se actualizan los programas de estudios escolares para alinearlos con las transformaciones en el mundo modernos, se mantiene, aún con todos los esfuerzos de la derecha, el vaso escolar, que fue eliminado en los gobiernos de la derecha somocista, se implementan programas de todo tipo y para todos los sectores del país y lo más importante; por decreto del FSLN la educación es gratuita.

La educación pública y gratuita es una condición indispensable, sostener el derecho a la educación para todos los ciudadanos del país. La Revolución Popular Sandinista está firmemente comprometida con este principio, en este sentido, lo invertido en ella no es un gasto como lo define la derecha somocista, sino una inversión en la construcción del futuro de la patria como lo ha definido el comandante Daniel Ortega, en este país la educación no es una acción para quien pueda pagarla, sino que por obra de estas transformaciones que conduce nuestro gobierno es y seguirá siendo una tarea vital a la que se dedican los mejores esfuerzos.

Mientras haya revolución habrá educación gratuita y patriótica, la formación de los futuros conductores de la patria es nuestra tarea permanente.



[1] Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 


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