Operación Borgia
¿Iba la CIA a envenenar al canciller nicaragüense? La siguiente fue la versión publicada por los nicaragüenses sobre el posible complot.

El Benedictine es una bebida noble, de
arraigadas tradiciones conventuales, que nació para ser gustado en la paz de
los claustros, antes que en los avatares de una guerra. Pero, en estos tiempos
que corren, ya no se puede confiar ni en ese seráfico néctar. Sobre todo si el
licor de los frailes benedictinos es usado como excipiente encubridor del
talio, un siniestro veneno mineral que comienza a matar a los diez días de
haber sido ingerido y no deja rastros orgánicos.
El lunes 6 del corriente, el Benedietine, el talio y la CIA se dieron cita en Managua para producir uno de los escándalos diplomáticos más resonantes de los últimos tiempos y desvelar los entretelones de una brillante maniobra de contrainteligencia.
La botella envenenada estaba destinada
al padre Miguel D'Escoto. canciller de Nicaragua; los expertos envenenadores
fueron tres agentes de la CIA que encubrían sus reales actividades bajo la
inmunidad diplomática y el vehículo para llegar al funcionario sandinista fue
la joven Marlene Moncada, una empleada del ministerio de Relaciones Exteriores,
supuestamente reclutada por la inteligencia norteamericana, pero leal -en
realidad- a la Seguridad del Estado sandinista.
Las consecuencias políticas de la
frustrada operación -que bien pudo llamarse "Borgia" por sus obvias
reminiscencias- fueron gravísimas: los tres funcionarios de la embajada
norteamericana implicados en el hecho fueron expulsados en forma fulminante; la
respuesta de Ronald Reagan estuvo a la altura de sus antecedentes: 21
diplomáticos sandinistas debieron abandonar EE. UU. en 24 horas, se cerraron
seis consulados y 50 mil nicaraguenses se quedaron sin asistencia consular.
Muchos observadores especularon con la posibilidad de una ruptura de
relaciones, pero tanto EE.UU. como Nicaragua ratificaron su voluntad de
mantenerlas.
MARLEN SE CONVIERTE EN "MIREYA"
SEMANA tuvo acceso al voluminoso
dossier que el lunes 6 hizo público el Jefe de la Seguridad sandinista,
comandante Lenin Cerna, dialogó brevemente con la protagonista y hasta pudo
comprobar directamente una de sus denuncias, luego de una sucinta investigación
en la ciudad de México,
Con todos estos elementos pudo
reconstruirse la alucinante experiencia de Marlene-Mireya, la agente doble que
estuvo infiltrada en la CIA durante dieciseis meses. Esta es la historia:
Marlene Moncada es una muchacha
morena, de 25 años, atractiva, que en 1979 fue enviada por la diplomacia de su
país a trabajar como secretaria consular de la embajada nicaraguense en la
conflictiva Honduras.
Por sus propias funciones se fue
vinculando con ese maremágnum de exiliados, autoexiliados, empresarios
frustrados y ex guardias nacionales que componen mayoritariamente la colonia
"nica" en Tegucigalpa.
Así conoció a dos compatriotas
-"la señora Terry Castillo y el señor Samuel Benavides"- de quienes
se hizo bastante amiga. Estos, a su vez, le presentaron a otro paisano, Luis
Rodríguez, quien comenzó a "sondearla" sobre la explosiva situación
centroamericana. Rodríguez no tardó en confesarle que era agente de la CIA y le
propuso reclutamiento. La muchacha simuló considerar seriamente la proposición,
pidió tiempo para responder y consultó a sus superiores, quienes de inmediato
le aconsejaron "seguirle la corriente" al tal Rodríguez.
En esos meses, la flamante espía fue
instruida en toda la gama jamesbondesca de procedimientos sofisticados que
emplea la CIA. Aprendió a transmitir y recibir por radio, escritura secreta,
revelado, etc. También le dieron una libreta de apuntes cuyas hojas -en caso de
apuro- se pueden mascar como un chicle.
Pasó momentos feos -por ejemplo cuando
le aplicaron un detector de mentiras- pero salió airosa de todas las pruebas, a
tal punto... ¡que sus jefes la felicitaron! .
EL COMPLOT CONTRA D'ESCOTO
![]() |
Miguel d' Escoto, 1983 |
Todo iba sobre ruedas hasta que
Marlene-Mireya le anunció a su jefe "Bobby" que iba a ser trasladada
a Nicaragua. "Al comienzo se puso nervioso, pero después me dijo que en
los próximos días iba a llegar a Managua una persona que me atendería".
Por esas fechas, "Mireya"
pasó a recibir instrucciones de "Linda" (en realidad, Linda Pfeifel,
quien integraría luego el trío de diplomáticos expulsados).
Linda la instruyó acerca de su nueva
misión: relacionarse con el canciller. La Pfeifel quería conocer (después se
vio por qué) los hábitos de D'Escoto hasta la minucia: "qué comía, qué
bebía, qué fumaba".
Dentro de dos estatuillas le
embutieron las claves para los mensajes cifrados que iba a recibir en un Sony
poderoso y sofisticado, que parecía un simple receptor comercial. Los mensajes
llegaron, efectivamente, los martes y los jueves, a las once de la noche, en dos
frecuencias: 9.074 y 14.421. Ella, por su parte, debía enviar sus informes al
apartado aéreo 19-635 de la ciudad de México, a nombre del señor Felipe Castro
Torres.
La Seguridad del Estado fue
sospechando que el canciller era uno de los blancos próximos de la CIA, pero
esas sospechas se confirmaron merced a un viaje que "Mireya" hizo a
Tegucigalpa el 30 de marzo pasado. Allí, Mr.Johnson le anunció que pronto se
daría "un paso importante para la liberación de Nicaragua " y que, en
ese "paso ", ella jugaría un rol destacado.
En la casa de El Almendro Johnson
discurseó abundantemente contra el sacerdote-canciller, alegando que "usa
la sotana para meter el comunismo en Nicaragua" y anunciaron que
proyectaban eliminarlo. La cara de Marlene -pese al fingimiento- debió resultar
expresiva, porque el agente se apresuró a aclararle que no se trataba de
asesinarlo sino de darle a tomar algo para "disminuirle sus capacidades
psicológicas".
Tras el "speech" vino la
propuesta: si ella le pasaba una botella de licor al ministro, le depositarían
5.000 dólares a su nombre en una cuenta del extranjero. "Nosotros no
fallamos -se ufanó Johnson- somos expertos".
Marlene regresó a Managua y el 31 de
mayo recibió por radio el siguiente mensaje cifrado: "Mensaje número
cuatro x He recibido tus cartas números siete y ocho también número nueve x. El
cuatro de este mes a las siete de la mañana repito el cuatro de este mes a las
siete de la mañana debes dirigirte del restavrante Aragón dos cuadras abajo x
Ahí hay un poste amarillo de madera y al lado en un cubo viejo un paquete
conteniendo la botella de vino que te habló Bobby x Guárdala espera oportunidad
x No te desesperes x En el palo a la altura de cintura debes poner raya con
tiza x saludos x Linda Cristal x FIN FIN FIN x".
EL DIA "D"
El 4 de junio, a las siete de la
mañana, Marlene -aparentemente sola- se dirigió a buscar la botella de
Benedictine (que la agente de la CIA denomina desaprensivamente como
"vino"). Pero cada uno de sus pasos fue cuidadosamente registrado por
cámaras fílmicas del ministerio del Interior. Después de tan barroco periplo
-en verdad digno de ser filmado- la obesa agente Ermila Loretta Rodríguez
cometió la imprudencia de citarse con "Mireya" en la capilla Calasanz
de Managua. Y la mayor imprudencia todavía, de darle un mensaje a máquina,
asegurando que el veneno no era mortal y que la intermediaria no correría
ningún riesgo. Naturalmente, los lentes ocultos de la Seguridad registraron la
escena.
Y esta se convirtió en la prueba más
concluyente: Loretta había acudido a la cita en un Toyota, placas NS-KK227,
¡sorprendentemente alquilado a su nombre! (Realmente hay que convenir que esta
buena señora aprendió su oficio de espía en un curso por correspondencia, o
bien se sentía totalmente segura).
Entonces el lazo se cerró.
El canciller D'Escoto, en vez de
tomarse una copa de Benedictine "cargado", decidió expulsar a
Loretta, Linda y el jefe de las dos, el señor David Noble Greig Jr.,
formalmente primer secretario de la embajada, en realidad "station chef"
de la CIA en Managua y un hombre con "curriculum". Tanto, que figura
en el famoso "Who's Who in CIA" de Julius Mader, publicado hace
quince años.
El comandante Cerna, por su parte,
presentó a Marlene en una apasionante conferencia de prensa, donde se
exhibieron las pruebas y se reveló la existencia de otro episodio similar,
aunque de características no tan espectaculares: el del teniente del EPS, Jorge
Roustán, a quien también "reclutó" para la CIA el abogado conservador
Carlos Rodolfo Icaza.
Curiosamente, los diplomáticos expulsados -para quienes el embajador Anthony Quainton solicitó sin éxito un tratamiento "vip"- se despidieron de Managua con tragos y risotadas en el bar del aeropuerto. El señor Quainton dijo que habían representado "dignamente" al gobierno norteamericano y que las acusaciones eran "absurdas". Cuando un periodista le recordó estas declaraciones al Jefe de la Seguridad, el comandante Cerna protuso que se tomaran el Benedictine y luego le contaran.
Esa noche, esa misma noche, el cine
"Hilda" de Managua exhibía la película "BLOODY MARLENE".
Ningún diplomático norteamericano
quiso ir a verla.
Nota: El padre Miguel d' Escoto ha sido una de las figuras mas importantes de la política exterior de Nicaragua, principalmente en la década de 1980, con el se alcanzaron varios triunfos en beneficio de Nicaragua y la Revolución Sandinista, es el principal impulsor de llevar a la Haya el histórico caso de Nicaragua contra EE.UU (Por la financiación, entrenamiento y apoyo militar a la "Contra" de Nicaragua) en defensa de la soberanía nacional y en 2008 fue electo presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas. A si mismo, impulsó la idea de refundación de las Naciones Unidas y hasta el último día de su vida se mantuvo fiel a la idea de la Paz Justa, el Antiimperialismo y La no violencia. Fallece el 08 de junio del 2017, convirtiéndose en uno más de los que nunca mueren.
Después de tantos años, el enemigo sigue siendo el mismo.
*Artículo publicado originalmente en semana.com el día 7/18/1983*:
https://www.semana.com/mundo/articulo/operacion-borgia/2981-3
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