La Jerarquía al rescate


Pablo Cáceres

 Ante el incumplimiento de la difícil tarea ordenada por el departamento de Estado norteamericano, de unir a los fragmentados grupos de la oposición con todos sus diferentes intereses, los organismos encargados de concretar la “caída” del gobierno revolucionario del FSLN con Daniel Ortega a la cabeza, han decidido utilizar a la jerarquía de la Iglesia Católica en esa tarea, tomando en cuenta que los católicos continúan siendo mayoría en Nicaragua, y que desde la colonia han sido y son un sector muy influyente en la sociedad del país, así lo confirman las últimas encuestas, en las cuales se afirma que el 43.5% de la población dice ser católicos[1].


Pero esta subordinación a los intereses del capital no es nueva, al contrario es de vieja data, cuando el movimiento independentista amenazaba los intereses del imperio español y las posiciones de poder de la iglesia, sus jerarcas intervinieron a favor de los criollos, quienes elaboraron un acta con la rapidez que ameritaba la amenaza y los criollos aparecieron manteniendo su status de la colonia con la presencia de la iglesia católica como eje ideológico.

Cuando Sandino amenazó los intereses imperialistas conspiraron contra él al igual que contra el presidente Zelaya, Sandino fue asesinado y Zelaya expulsado de la presidencia y del país con la ignominiosa nota Knox, llegaron incluso hasta bendecir de manera pública las armas que utilizaba la guardia nacional en la lucha contra el padre de esta revolución.

Es de todos conocido, las posiciones contra la revolución de muchos sacerdotes y obispos durante la guerra de agresión imperialista en los años 80, recientemente en el año 2018 vimos con mucha tristeza como la jerarquía católica sustituía a los partidos políticos, organizaba, dirigía a los grupos de delincuentes que levantaban tranques obstaculizando la libre circulación, un derecho humano de la población,  se atrevieron a pedir públicamente al presidente Ortega que acuartelara a la policía para permitir que sus “jóvenes desarmados se intentaran tomar el país[2],” ese mismo obispo trabajó intensamente durante un año para unir a los partidos liberales ante la debacle electoral producto de sus administraciones corruptas y anti populares.

Tampoco podemos olvidar las acaloradas defensas de los delincuentes y asesinos, quienes utilizaron con la autorización plena de la jerarquía de las iglesias[3] y centros escolares católicos[4] como base de operaciones, de donde salían a secuestrar y asesinar a la población indefensa por solo el hecho de declararse Sandinista.[5]

Un obispo narcisista,[6] otro que se hace cargar como los procónsules romanos sobre los hombres del pueblo imitando una procesión al estilo católico, un alcohólico[7] y otro dirigiendo asesinatos desde Monimbó,[8] no pueden ser fácilmente olvidados por el pueblo humilde de Nicaragua.

Es evidente el descenso que los creyentes católicos han tenido en virtud de las actuaciones de sus jerarcas que en muchas (casi en todas) desoyen los llamados de su santidad el papa Francisco.

Últimamente, hemos asistido a la ejecución de un diabólico plan de acusar a los sectores revolucionarios de la quema de la imagen de la “Sangre de Cristo” venerada por los feligreses y a las críticas contra la Alcaldía de Managua por asistir al grupo de fieles que deseaban cumplir sus promesas ante la imagen diminuta de Santo Domingo. Ese plan orquestado y orientado desde los salones de la Casa Blanca y el Pentágono lo ejecutará en Nicaragua los altos jerarcas de la Iglesia Católica, su objetivo es preparar las condiciones para ejecutar otra situación similar al de abril del 2018.

 Veremos más esfuerzos en esta dirección, asistiremos a hechos más significativos de este tipo, declaraciones y poco a poco los jerarcas sustituirán en su papel político a los dirigentes, desacreditados por los partidos opositores que en la actualidad están peleando unos contra otros por el dinero que se les ha entregado para la ejecución de las acciones en contra del Sandinismo y los que nunca estuvieron en las calles (“manifestándose”) se han quedado con la mayor cantidad de ello.

Vale la pena preguntarse dónde están los pseudo dirigentes de los estudiantes madurados al carburo por el obispo Báez, donde están los campesinos de la señora Ramírez, transportista y comerciante de queso que aumentó su capital durante esos sucesos.

Los Sandinistas estamos aquí y más fuertes que nunca con tres ejes consolidados, Las capacidades cada vez mayores de nuestro dirigente el Comandante Ortega, Las Fuerzas Armadas más consolidadas un Ejército de Nicaragua y una Policía Nacional fieles a la Constitución y al Pueblo de Nicaragua, y un Partido fuerte unido y consolidado en la lucha diaria con un pueblo que respalda su programa y su visión al futuro.  

   



[1] M y R Consultores.

[2] Juan Abelardo Mata, Obispo de Estelí.

[3] San Sebastián en Diriamba, San Miguel de Masaya y hasta la catedral de Managua.

[4] Colegio San José de Jinotepe.

[5] Bismarck Martínez.

[6] Silvio Baez, Rolando Alvarez.

[7] Edwin Román y Harvey Padilla.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perfil de un vende patria

"Mi Padre: Un ser humano de otro mundo"

Humberto, el defensor de delincuentes

La Oligarquía Americana contra Nicaragua y el F.S.L.N